El Politeísmo como Postura Científica

    Entre los círculos académicos es frecuente el ateísmo, mientras en el resto del mundo predominan formas de monoteísmo. Sé que lo que digo sonará muy raro al principio, pero tengan paciencia de leer primero.

    El monoteísmo es la postura de que existe un solo Dios, y aunque muchos monoteístas reconocen otras criaturas divinas como ángeles, llaman Dios únicamente al líder y creador de esos espíritus. Del otro lado los ateos dicen que no existe ningún dios. 

    Ambas me parecen científicamente inválidas. Primero, porque del monoteísmo no hay pruebas ni manera de probar científicamente que haya un único Dios; y segundo porque el ateísmo no tiene pruebas ni manera de probar que no existe ningún dios.

    Los científicos, naturalmente, nacidos en una cultura monoteísta, judía, cristiana o musulmana (por estas partes del mundo), tienden a creer que si existe la divinidad ésta tiene que ser forzosamente una, ser la creadora del universo, y ser bondadosa, justa o amorosa. Todos los ateos se deshacen de los dioses pero conservan los mitos, debido a sus cosmogonías (sus sintagmas de la cultura), es muy difícil para una persona pensar en términos diferentes a los que sus cosmogonías les dictan, y por eso los científicos preguntan «¿Existe Dios?» presuponiendo que es uno, que es el creador del universo y la vida, y que tiene que ser bondadoso, justo o amoroso. Pero esa no es una pregunta científicamente válida porque, para empezar, esa pregunta es motivada desde una postura cultural particular. En diferentes partes del mundo hay muchos otros dioses con diferentes atributos, diferentes del bien, del mal, de la justicia, y del amor, algunos dioses son guerreros, por ejemplo, otros son dioses de fertilidad y ebriedad.

    El error de preguntar «¿Existe Dios?» es que es una pregunta deformada por particularidades, es, de principio, una pregunta distorsionada. Hagamos esta distinción: La anterrealitas es la realidad objetiva y exterior a la percepción de los sujetos; y la realitas es la realidad percibida y determinada por la psicología, la sociedad y la cultura. Hacer preguntas salidas de la realitas acerca de la anterrealitas, como se hace con la pregunta de si Dios existe, es como preguntarse si las partículas sienten frío y por eso se juntan y se vuelven una sustancia sólida; como preguntarse si los electrones salen de los átomos porque se enojaron con el átomo.

    Igual que antiguamente se preguntaban «¿Existen los átomos?» y no «¿Existe el átomo?» la pregunta correcta es «¿Existen los dioses?». Porque aún cuando escuchamos las descripciones de los monoteístas sobre sus dioses encontramos que se hablan de dioses distintos. Siempre ha habido culturas con muchos dioses, y por eso la pregunta correctamente enunciada sería: «¿Existen los dioses?».

    Y la respuesta es obvia: ¡Sí! Porque la pregunta «¿Existen los dioses?» no es una pregunta para los físicos, los químicos ni los biólogos; es una pregunta para los psicólogos, sociólogos y antropólogos, y es un hecho que cada cultura tiene distintos dioses, y son muchos. Por eso la postura científica correcta es el politeísmo, existen muchos dioses, pero estos existen en la realitas de cada cultura, no en la anterrealitas, al menos no tenemos pruebas de que haya dioses en la anterrealitas, ni podemos probarlo todavía. Lo que sí podemos probar es el politeísmo. Y por eso, el politeísmo es la postura científica correcta, es un hecho que hay muchos dioses.

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