Sobre los Textos Gnósticos de Nag Hammadi

He leído los 3 libros de "Textos Gnósticos" de la Editorial Trotta, y les contaré lo que he encontrado interesante. No los he leído con aspiración a entenderlos correctamente o ser experto en ellos, desde el primer tomo me quedó claro que entenderlos plenamente sería muy difícil y me haría falta haber leído primero a varios estoicos antiguos y a Plotino. Además de que cada texto debe entenderse independientemente de los demás, porque el gnosticismo no era una corriente o un grupo único, sino que así se les dice a quienes tienen ciertas ideas comunes pero que a la vez divergen en muchísimas otras cosas. Así que esto será como un resumen de lo que leí, pero conteniendo también las ideas más curiosas que me han dado, pues no soy un puro recipiente de información, sino que también le contesté a esos libros algo de mi parte.

Los gnósticos, a como he leído, parece que surgieron en un entorno cristiano, aunque ya había algunas ideas gnósticas en los grupos judáicos anteriores. Eran los cristianos más cultos, un grupo de élite dentro de las mismas iglesias, pero transmitían sus conocimientos sólo a quienes estuvieran seguros de que los entenderían. Unas de las características más presentes en ellos era que había que diferenciar entre el Dios trascendental y omnipotente, y el Demiurgo creador del mundo material. Muchas de sus ideas vienen de interpretaciones de los textos Neotestamentarios y algunas de los Veterotestamentarios. Algunas me parecen bastante interesantes y correctas, es claro para cualquiera sin prejuicios religiosos, que el dios del Antiguo Pacto y el dios del Nuevo Pacto son muy diferentes el uno del otro; y a diferencia de los cristianos usuales, que viven con la disonancia cognitiva asumiendo con fuerza y contra todo razonamiento, que son el mismo dios, los gnósticos hicieron sus interpretaciones tratando de entender y reconocer estas diferencias.


Cosmos

Decían que el universo, igual que el ser humano, se halla dividido en tres partes. Similar al Mundo de las Ideas de Platón, pero añadían un mundo extra. Existe, según ellos: 

  • El mundo absolutamente trascendente, inimaginable e incorruptible, inexistente.
  • El mundo inteligible, similar al Mundo de las Ideas.
  • Y el mundo material, en lo más bajo.

Y como era usual en esos tiempos, se imaginaban que el mundo material era en el que estamos parados. Encima de nosotros, el nivel donde se encontraban los planetas, era el nivel que llamaban Hebdómada, creían que los planetas eran regidos por, o ellos mismos eran demonios, creados por el Demiurgo Yaltabaot, el creador del mundo material.

Encima de la Hebdómada estaba la Ogdóada, la zona lejana en la que se encuentran las estrellas estáticas, ese sería el lugar en que se encuentra el Mundo Inteligible, donde se encuentran los ángeles.

Y encima de la Ogdóada estaba la Enéada, el lugar de lo que también llaman «El Pléroma», que es el lugar donde se dieron las primeras manifestaciones de la existencia de todas las cosas, el lugar del Dios trascendental, aunque usar la palabra «lugar» en realidad sería inapropiado, porque sería algún lugar que se encuentra más allá del espacio y el tiempo.

El Dios Trascendental

La idea es que, todo lo que existe en el mundo material, viene del mundo inteligible. Las ideas de «el hombre» y «el árbol» existen en el mundo inteligible, y desde allí, como sombras, emanan o son creadas los hombres y árboles particulares en el mundo material. 

Pero también cupo en ellos preguntarse: ¿Y quién creó las ideas o las formas inteligibles? A eso respondieron que fueron creadas por un Dios trascendental y absoluto. Pero ¿y a este Dios quién lo creó? Si algo lo creó, entonces ya no es el Dios que estamos buscando, de manera que el Dios trascendental es increado. Y así, aparecen en varios textos gnósticos una serie de palabras muy extrañas e interesantes: 

  1. «El Inengendrado».
  2. «El Autoengendrado».
  3. «El Engendrado».
Esta es una de las cosas que me han parecido de lo más interesantes, pero más difíciles. Aquí es donde menos he entendido, pero a fin de cuentas, no tengo la aspiración de hacerlo, me he enfocado más a tener la experiencia de leerlo y a ver qué buenas ideas puedo recoger de allí para mi gusto, como yendo a la casa de un familiar muerto a tomar lo que me guste como herencia. De todos modos, supongo que si a ti te interesara este tema de verdad, preferirías leerlo por ti mismo, así como lo he hecho yo.

Esto lo entiendo con conceptos literarios en los que ya había reflexionado para mí mismo, con mi creencia de que el universo es una novela gigante y nosotros personajes, de esta manera:

  1. Si un Dios creara todas las cosas, éste Dios sería «El Creador».
  2. Pero sólo puede ser «creador» después de haber creado, antes no.
  3. De manera que lo que determina que éste «creador» sea tal, es que haya creado. Así que el Creador es una creación de su propia creación, en el acto de crear. Si no hubiera creado no sería creador.
Esta es una ley de la retórica que es: «El actante es tal, según sus actos». Los personajes no son por sí mismos, sino por sus acciones. O como lo dijo Don Quijote muchísimo antes: «Cada quien es hijo de sus actos». De manera que el actante existe sólamente después de haber actuado. Entonces, hay dos aspectos o partes del Dios Creador.

  1. El Dios inexistente, el que comenzó el proceso o acción, cuando todavía no existía, y que a pesar de haber iniciado el acto, permanece oculto. Este sería el Inengendrado.
  2. La creación, el acto mismo de crear, que, por permanecer oculto el Dios que inició la creación, se percibe como Autoengendrado, porque parece iniciarse a sí mismo.
  3. El creador, ya determinado por su acto, que pasa a ser una imagen del Dios oculto. Este sería ya el Engendrado, porque es ya un actante plenamente creado por su acto.

Lo que más me encantó, es que esto concordaba sin demasiado esfuerzo con este delirio previo mío, por ejemplo, dice:

Porque el que no existe carece de nombre. (Evangelio de la Verdad, 39:10).

Y un pedazo que seguramente estoy sacando de contexto:

Mateo le dijo: Señor, cuando escucho y cuando hablo, ¿quién es el que habla y quién es el que escucha? El Señor dijo: El que habla es el que escucha y el que ve es el que revela. (Evangelio de la Verdad, 126:10-20).

Así, pues, el Engendrado sería el ente existencial que representa al Dios trascendental dentro del mundo; el Autoengendrado el acto inicial de la creación; y el Inengendrado el origen, el Dios trascendental, inexistente, que no tiene principio, porque lo que tiene principio tiene final.

La Metafísica

Una de las cosas que me pareció más interesante fue su manera de explicar la existencia de las cosas. Ya estaba presente desde Platón, pero aquí la metáfora fue más explícita y directa. La existencia como la vista, depende de la luz. Y así como un objeto puede ser visto por ser iluminado directamente por una lámpara, así también un objeto puede ser visto por una carencia en la luz, puede haber objetos que sean vistos pero erróneamente, por ser sombras.

pero por más que piense interiormente: «He comenzado a existir», sin embargo, será destruido por sí mismo. Por este motivo el que no ha existido en absoluto nunca existirá. Entonces ¿qué quiso para pensar de sí mismo? Esto: «He existido como las sombras y los fantasmas de la noche». Cuando la luz ilumina al terror que esa persona ha experimentado, comprende que no es nada. (Evangelio de la Verdad, 28:10-30).

Es decir, que las cosas que existen lo harían en función de la relación de un objeto con una especie de fluido como la luz. Si un objeto se atraviesa, emana una sombra, que tendría existencia, pero si la luz cambia de posición o el objeto se mueve, esa sombra se desaparecería.

La idea de los gnósticos es que hay tres tipos de seres humanos.

  1. Los Pneumáticos o Espirituales. Estos serían los gnósticos, los que se salvarían y podrían alcanzar el Pléroma, siendo allá absolutamente felices.
  2. Los Psíquicos. Los capaces de salvación, creados por el Demiurgo, normalmente hombres y mujeres cristianizados. Llegarían al mundo inteligible, donde serían felices pero no tanto como los pneumáticos.
  3. Los Hílicos. Los paganos, los aferrados al mundo material, incapaces de salvación.

Para los gnósticos ya estaba claro desde el inicio quiénes alcanzarían la Enéada, quiénes la Ogdóada, y quiénes desaparecerían cuando la luz iluminara todos los rincones.

Pues él no os juzgará por lo que habéis hecho, antes bien se apiadará de vosotros, pues no obrasteis vosotros, sino el que es vuestro señor. Él no era iracundo, antes bien era un Padre bondadoso. (...). Yo soy el justo y no hago juicio. (Segundo Apocalipsis de Santiago, 59:10-20).

Dios, en efecto, no necesita poner a prueba a ningún hombre. Él conoce todas las cosas antes de que se produzcan, y conoce los secretos del corazón, y ellos son todos desvelados y deficientes ante Él. (Las Enseñanzas de Silvano, 115:30-116:10).

No aceptan el pecado primordial ni que tengamos culpa por los pecados de nuestros antepasados:

Porque Adán es una burla siendo creado como el remedo de una figura de un Hombre por la Hebdómada, en la medida en que había sido más fuerte que yo y mis hermanos. Somos inocentes en cuanto a él, pues no hemos pecado. (Segundo Tratado del Gran Set, 62:30).

Y por lo mismo, que no tenemos culpa por los pecados anteriores, sino que:

El mundo surgió por un error, pues quien lo creó quiso crearlo imperecedero e inmortal; fracasó y no obtuvo lo que esperaba, pues no tenía el mundo carácter imperecedero, ni tenía carácter imperecedero el que había hecho el mundo. (Evangelio de Felipe, 75:1-20).

Que Jesús se sacrificara para salvarnos de nuestros pecados es una mentira:

Si el Padre deseara un sacrificio humano sería amante de la vanagloria. Porque el Hijo del Hombre se vistió con sus primicias, descendió al Hades y realizó múltiples acciones poderosas. Sacó a los muertos de su interior y los gobernantes del mundo lo envidiaron, porque no encontraron pecado en él. Pero destruyó también sus obras originadas en medio de los hombres, de modo que al lisiado, al ciego, al paralítico, al mudo y al poseído por el demonio fue concedida la curación. Y caminó sobre las aguas del mar. Por este motivo destruyó su carne desde una cruz, la que había vestido. (Testimonio de la Verdad, 32:20-33:10).

Me pareció muy interesante esta perspectiva de la existencia, me recuerda un poco a la idea de Platón en el Filebo, de que hay placeres verdaderos y falsos. Hay existencias verdaderas y falsas, que se esfuman cuando la verdad los toca, como las sombras se esfuman con la luz. En este caso, la luz no es la existencia, sino la vista, que percibe tanto las cosas iluminadas como las ensombrecidas, aunque según los gnósticos, a pesar de que existen de alguna manera las sombras, no existen realmente.

Otro detalle es, que en esto del Pléroma, el (lugar ∧ ¬lugar) donde se encuentra el Dios trascendental, que no existe, también podría decirse que es algún tipo de existencia, con el detalle que dicen que es «más allá de la existencia» o algo parecido. Está curioso también.

Me recuerda una vez que, bromeando sobre un amigo, llamado Enrique, del que me entero que un día está en Mazatlán, al siguiente en Guadalajara y al que sigue en Tijuana, dije que era omnipresente y que se manifestaba cuando la existencia se hacía muy densa, haciendo una imagen de que la existencia era como la tierra, y que si cababa podía acumular mucha tierra en un solo lugar. Pero de manera tal, que habría una existencia negativa, no sólo una carencia de existencia, sino una existencia de lo ausente. Pues para acumular mucha tierra, sería necesario quitarla de un lugar. De manera que, si apareciera Enrique en un lugar cuando la existencia se vuelve intensa, debería aparecer un Anti-Enrique en donde la existencia queda en números negativos.

El Origen de los Mundos

Los textos cosmológicos son algunos muy difíciles, algunos inentendibles. Sólo a 2 de ellos les hallé sabor: «La Hipóstasis de los Arcontes» y «Sobre el Origen del Mundo». En ellos dice que el mundo material se generó por un error, una especie de aborto de la «virgen masculina Barbeló». Las historias cuentan algo como esto:

Cuando comenzó la creación desde el Pléroma, surgió Barbeló, la cual parece que algunos textos identifican también con el Autoengendrado, y otros con Pistis Sofía, es decir, la Sabiduría. Pues nacida Barbeló, quiso conocer al Inconmensurable, es decir, al Inengendrado. Fue un buen deseo, pero ella no estaba lista para conocerlo. Entonces, en su necio intento, acabó pariendo una especie de aborto, un defecto, que resultó vivo. Así nació Yaltabaot, o Samael, el que los simples mortales de cultura abrahámica llamarían «El Diablo». Yaltabaot fue abandonado por Sofía/Barbeló en el lugar más alejado del Pléroma, tratando de ocultarlo. Sofía puso, o ya había, una especie de barrera en el punto más lejano del Pléroma, y le dijo a Yaltabaot: «Muchacho, atraviesa hasta aquí», y allí lo dejó, para que no cruzara la barrera.

Yaltabaot creció en un lugar lleno de una infinita agua, como dicen los primeros versos del Génesis, él era el espíritu que revoloteaba sobre la faz del abismo acuoso. Y como estaba totalmente solo, con el paso de un largo tiempo, aprendió a crear materia, usando las formas que se reflejaban en el agua. Estas formas eran las ideas que venían del Mundo Inteligible. De modo que Yaltabaot creó el mundo material, pero todo como torpe imitación del Mundo Inteligible.

Así explicaban ellos que el Génesis tuviera dos historias simultáneas sobre la creación del mundo. Una era del Mundo Inteligible, y la otra era del Mundo Material. Entonces, siendo Yaltabaot el único en aquél lugar, y sin haber conocido a nadie, dijo para sí mismo: «No hay más Dios que yo», y cuando lo dijo, lo escuchó Barbeló y respondió a la distancia: «Erras, Samael».

Yaltabaot creó a todos los ángeles, la Tierra, y los seres vivos. Incluyendo al ser humano, a imagen del Hombre Inteligible. Y según los gnósticos, cuando en el Nuevo Testamento hablan del «Hombre», hablan del Hombre Inteligible, y cuando hablan de «El Hijo del Hombre», se refieren al Hijo del Hombre Inteligible. Suceden luego distintas cosas según cada texto.

Una versión decía que Eva era una especie de manifestación de Barbeló, que existía incluso antes que Adán, y que los arcontes, es decir, los ángeles, dioses o demonios que creó Yaltabaot, vieron a Eva y quisieron fornicar con ella, pero ella los engañó e hizo que fornicaran con su sombra. Y según algunos textos, la serpiente de Edén era un ente del Pléroma, enviado por Barbeló, para despertar a Adán de su ignorancia.

Para los gnósticos es evidente que el Dios de la segunda historia de la Biblia es un ser impotente y defectuoso, porque cuando dice que Adán y Eva comen del fruto del árbol del conocimiento y se esconden les pregunta «¿Dónde están? ¿acaso han comido del árbol que les mandé no comer?» se vuelve obvio que no sabía, y si no sabía, entonces no es omnisciente ni omnipotente ni omnipresente. Además, para ellos lo más valioso es el conocimiento, que nos hace libres, así que, que ese Dios prohibiera comer del árbol del conocimiento sólo puede indicar que es un ser maligno. Dice incluso que el sueño que le pone a Adán cuando según le saca la costilla para crear a Eva, es el sueño o adormecimiento de la ignorancia y el olvido. Eva existía desde antes, y ella quiso despertarlo de su ignorancia.

Según algunas versiones, Caín y Abel son demonios, hijos de los arcontes con la sombra de Eva. Y Seth fue el primer hijo verdadero de Adán y Eva. Una corriente gnóstica se llaman «los setianos», porque afirmaban ser descendientes de Seth. Según algunas de estas historias, Seth y sus discípulos y descendientes habitaron Sodoma y Gomorra, siendo éstas ciudades llenas de santos, pero Yaltabaot las destruyó.

En algún momento, luego, Yaltabaot tuvo un hijo al que llamó Sebaot. Sebaot inició una rebelión contra su padre, lo destronó y ocupó su lugar en las estrellas, además, se convirtió y se puso del lado de Barbeló, quien estaba haciendo lo posible para enmendar su error, poniendo en marcha un plan para salvar a la gente del mundo material.

Según los gnósticos, Jerusalén es la representación del mundo controlado por Yaltabaot y sus sirvientes. Los israelitas son el pueblo de Yaltabaot. Y muchos de los héroes del judaísmo son despreciados por los gnósticos.

Es una historia muy interesante, todo el tiempo me sentí como cuando invité a comer a un vagabundo y escuché sus historias. Pero cuando uno reflexiona en ellas, se ponen muy interesantes. Son delirios de muy buena calidad, quienes pensaron en todo esto eran los cristianos más cultos de la antigüedad. Pero debido a que no aceptaban a ningún rey por encima de ellos, al Imperio Romano no le convino que continuaran expandiéndose sus ideas. 

La próxima vez que estés con tus amigos y les sorprenda algo, di: «¡Por la Virgen Masculina Barbeló!», seguro se sorprendarán todavía más, pero ya después no les cuentes estas cosas porque les vas a dar miedo.

Jesús

Según parece, la forma en que veían a Jesús los primeros cristianos no era un dios, sino un sabio o un filósofo. Varios de los textos que dicen los expertos son los más antiguos, no hablan de su divinidad ni su historia, sino que son textos de «dichos de Jesús», colecciones de sus frases y discursos. Su madre, María, no era virgen, era una mujer como las demás.

Después las ideas fueron cambiando a como pasaba el tiempo, y comenzaron a aparecer ya los elementos ortodoxosos. Aunque algunos textos conservaban sus propias ideas.

En uno de los libros Jesús decía:

Visité un habitáculo corporal. Desalojé al que residía anteriormente y yo he entrado en él. (Segundo Tratado del Gran Set, 51:20).

Pero yo no me he afligido en absoluto. Ellos me han castigado en aquel lugar, y no he sido muerto realmente, sino en apariencia, de modo que no fuera agraviado por ellos, ya que éstos son algo venido de mí. Aparté de mí el agravio y no tuve temor de lo que me sucediera. Podría haber sido un esclavo del miedo. Pero yo, yo he sufrido de acuerdo con su visión y su pensamiento, para que nunca se encontrara una palabra para hablar sobre esto. Mi muerte, en efecto, que creen que sucedió, existió para ellos equivocada y ciegamente. Clavaron a su hombre para la muerte de ellos. Porque sus pensamientos no me vieron, porque eran sordos y ciegos. (...) otro era el que llevaba la cruz sobre su hombro, éste era Simón. Otro fue al que pusieron la corona de espinas. Yo, sin embargo, me regocijaba en las alturas sobre el dominio total de los arcontes y la semilla de su error, de su gloria vana, y me burlaba de su ignorancia. (Idem, 55:10-56:20). 

Al parecer, algunos gnósticos pensaban que Jesús fue un hombre, hijo de hombres, pero que cuando fue bautizado por Juan el Bautista, el poder de Cristo bajó desde el Pléroma y entró en él. Cristo era la Inteligencia, la cual había venido en varios avatares distintos con la misión de sacar a la humanidad de la ignorancia, dándoles el conocimiento, la gnósis. Entonces, según algunas perspectivas como esta, Jesús sufrió en la cruz, pero sufrió el hombre, no el Cristo. Su muerte no es entendida como lo hizo Saulo de Tarso, como un sacrificio para salvarnos de nuestros pecados, porque ¿cómo podría morir la Inteligencia?

Jesús los llevó a todos subrepticiamente, pues él no se mostró tal cual era en sí, sino que se mostró tal como podía ser visto. A todos ellos se reveló, se reveló a los grandes como grande, se mostró a los pequeños como pequeño, se mostró a los ángeles como ángel, y a los hombres como hombre. Por esto ocultó su logos a todos. Algunos, por cierto, lo vieron, pensando que se veían a sí mismos. Pero cuando se reveló gloriosamente a sus discípulos en la montaña no era pequeño; se hizo grande, pero tras haber hecho grandes a los discípulos, a fin de que ellos pudieran verlo en su grandeza. (Evangelio de Felipe, 57:30-58:10).

Y en algunos otros textos, Jesús parece haber adquirido lo que tenía de especial a partir de un momento de iluminación:

Jesús arrancó la raíz [del mal en su corazón] enteramente; otros, en cambio, sólo en parte. Nosotros mismos, cada uno de nosotros penetre hacia la raíz del mal que está dentro de él, y arránquelo de raíz de su corazón. Será arrancado si es reconocido. (...) La ignorancia es la madre de todos los males. La ignorancia desemboca en la muerte, pues los que proceden de la ignorancia ni fueron, ni son, ni serán. (Evangelio de Felipe, 83:10-84:20).

Es decir, que podría entenderse como un hombre que, al arrancar el mal y la ignorancia de sí mismo, llegó a un estado de consciencia o a una relación con el Pléroma que lo convirtió en un ser parcialmente divino. Como si mentalmente hubiera ascendido hacia lo más alto, y de allí, la Inteligencia o algo similar, bajara y tomara control de su cuerpo, o se unieran ambos. De manera que muchas personas podrían llegar a ser Cristo, si lograran lo mismo.

Y el Señor se le manifestó. Detuvo, pues, su oración, lo abrazó. Lo besó, diciéndole:

—Rabí, te he encontrado [Aquí se nota cómo halló a Cristo en la oración, es decir, que Cristo no es el hombre, sino una entidad inteligible] He oído sobre los sufrimientos que has soportado y he sufrido mucho. Conoces mi compasión. Por este motivo, al reflexionar, no quisiera ver más a este pueblo. Ellos serán juzgados por esto que han hecho. Porque lo que han hecho es contrario a lo que corresponde.

Dijo el Señor:

—Santiago, no te preocupes por mí ni por este pueblo. Yo soy el que estaba en mí. En ningún momento he sufrido en absoluto ni me he afligido. Y este pueblo no me ha hecho ningún daño. (Primer Apocalipsis de Santiago, 31:1-20).

Otra curiosidad, algunos textos dicen que Jesús tenía un hermano, atribución que luego fue condenada cuando se aceptó tiempo después la virginidad de María.

—(...) Te he indicado esto, Santiago, hermano mío, porque no te llamo por azar «hermano mío». Tú no eres mi hermano de acuerdo con la materia ni lo ignoro en lo que se refiere a ti, para que si te doy una indicación sepas y entiendas. Nada era, salvo El que es. Es innominable e indecible. También yo soy innominable a partir del que es. Igual que se me ha dado un número de nombres, ambas cosas a partir del que es. Pero yo soy antes que tú. (Primer Apocalipsis de Santiago, 1:1-20).

En la cita anterior no es tan extraño el asunto, pero con las siguientes citas lo irá siendo cada vez más:

El Salvador me dijo:

—Aquel al que viste sobre el árbol alegre y sonriente, éste es Jesús, el viviente. Pero este otro, en cuyas manos y pies introducen los clavos, es el carnal, el sustituto, expuesto a la vergüenza, el que existió según la semejanza, ¡míralo a él y a mí! (Apocalipsis de Pedro, 81:10-30) 

Y en otro texto dice:

El Salvador dijo: Hermano Tomás, mientras tienes tiempo en el mundo, escúchame que voy a revelarte cosas sobre las que has discurrido en tu mente. Puesto que se ha dicho que eres mi gemelo y mi compañero auténtico, investiga para que sepas quién eres, y de qué modo existes y qué llegarás a ser. Puesto que te llaman mi hermano, no es conveniente que seas ignorante de ti mismo. Y sé que tú has entendido, pues has comprendido que yo soy el conocimiento de la verdad. Mientras andas conmigo, aunque eres ignorante has llegado a conocer, y te llaman «el que se ha conocido a sí mismo». Pues el que no se ha conocido a sí mismo no ha conocido nada. Pero el que se ha conocido a sí mismo ha comenzado ya a tener conocimiento sobre la profundidad del Todo. Por ello, pues, tú eres mi hermano, Tomás. (Libro de Tomás, El Atleta, 138:4-20).

Es complicado de interpretar y seguramente no se podrá sacar nada seguro. Pero al parecer, varios textos mencionaban en la antigüedad a un hermano de Jesús, y además, que era un gemelo. ¿En qué sentido? Quién sabe. Podrían haber dicho que el gemelo era el hombre físico, y el real el Cristo, el Intelecto o algo así. O pudiera ser que sí tuvo un gemelo, y que cuando lo crucificaron, vieron a su gemelo y dijeron: ¡Ha resucitado! y por eso digan los evangelios que estuvo 50 días apareciéndosele a la gente en Galilea antes de ascender al Cielo, entonces, quizá su gemelo ya se decidió a escapar por miedo a que lo crucifiquen de nuevo confundiéndolo con su hermano. Qué graciosa hubiera sido la historia si el gemelo hubiera sido sacrificado por error, y el verdadero Jesús hubiera decidido volver a su tierra a vivir de la agricultura, como el Licenciado Vidriera de Miguel de Cervantes: 

«En un lugar de Judea, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho había un nazareo de los de cabello hasta los gluteos y barba hasta el ombligo, que se había gastado todas las cabras de su padre en libros de profetas, hasta que tuvo en dar en la más extraña idea. Y es que del mucho rezar y del poco dormir, se le secó el cerebro, y pensó que sería bueno para su país y para su propia honra, que se volviera mesíah y salvara a Israel del Imperio Romano. Así que tomó sus cosas y se fue al desierto, ora decía que se le aparecía Samael, que le invitaba unos panes, un caldo de piedra, que le ofrecía regalado el reino de Persia, Nabatea, Capadocia o Armenia, pero cuando lo derribó de un puñetazo, Sebaot transfiguró a Samael en un samaritano».

Hubiera sido muy gracioso.

Y habrán escuchado la idea de que María Magdalena fue la esposa de Jesús de Nazareth. Pues sí que me hallé algunas cuantas cosas impresionantes como estas:

Tres mujeres caminaban siempre con el Señor: María, su madre; la hermana de ésta; y Magdalena, que es denominada «su compañera». (Evangelio de Felipe, 59:1-10).

Y la compañera del Salvador es María Magdalena. El Salvador la amaba más que a todos los discípulos, y la besaba frecuentemente en la boca. Los demás discípulos se acercaron a ella para preguntar. Ellos le dijeron: «¿Por qué la amas más que a todos nosotros?». El Salvador respondió y les dijo: «¿Por qué no os amo a vosotros como a ella?». (Evangelio de Felipe, 63:30-64:8). 

Pero también esto:

Y me besó en la boca y me abrazó diciendo: Amado mío, he aquí que voy a revelarte aquellas cosas que los cielos no han conocido, como tampoco los arcontes. (Segundo Apocalipsis de Santiago, 56:10-20).

Y es que al parecer, dicen los expertos, el besarse en la boca era un gesto de iniciación gnóstica, cada vez que un gnóstico le revelaría algo a otro, le besaba en la boca. De modo que ponen en Jesús esto mismo, que si fuera cierto o no que él lo hiciera, quién sabe.

Jesús de Nazareth y María Magdalena son dos personajes que yo chipeaba, o sea, quisiera que hubieran sido pareja. Eso de que por amor a nosotros se sacrificó, no me gusta, yo no me identifico con alguien así, que se sacrifica por los demás sin que se lo pidan y luego ande llorando y mandándote al infierno por no agradecerle algo que no le pediste y que él mismo provocó. En mi opinión se está haciendo la víctima. En cambio, un Dios que viniera al mundo que él creó, y se enamorara de una de sus creaciones, sí es algo con lo que me podría identificar al instante. Pero lamentablemente las cosas apuntan a que no fueron pareja, igual me imagino ahora que fuera un amor de esos que se quedan en la fantasía. Me los imagino ahí, sentados en la noche viendo las estrellas juntos, abrazándose cuando pasa un viento helado; y cuando lo capturaron y los apóstoles, acobardados, huyeron aún antes de haber oído la sentencia, ella lo estuvo siguiendo, acompañándolo en su momento más difícil. Ojalá algún día alguien me quiera como Magdalena a Jesús.

Las Mujeres

Dicen algunos textos que Jesús tenía 7 mujeres como discípulas importantes, además de que muchas mujeres lo seguían y lo bendecían. (Primer Apocalipsis de Santiago, 38:10-20). Entre estas 7 mujeres, menciona a estas cuatro: Salomé, María, Marta y Arsinoe.

Dicen los editores que, a diferencia de los cristianos ortodoxos, los gnósticos tenían grandes figuras femeninas en sus grupos, mujeres importantes, representativas y liderezas. Pero curiosamente, en los textos gnósticos se recalca con frecuencia la superioridad de lo masculino sobre lo femenino. Dice:

Lo corruptible ha ascendido hacia lo incorruptible y el elemento de la feminidad ha alcanzado a su elemento de masculinidad. (Primer Apocalipsis de Santiago, 41:10-20).

Y peor:

Simón Pedro les dijo: Que María salga de entre nosotros porque las mujeres no son dignas de la vida. Jesús dijo: Mirad, yo la impulsaré para hacerla varón, a fin de que llegue a ser también un espíritu viviente semejante a vosotros los varones; porque cualquier mujer que se haga varón, entrará en el Reino de los Cielos. (Evangelio de Tomás, 51:10-30).

Es una necesidad de la divina retórica que se utilicen a los héroes o a los personajes más valorados socialmente para justificar o dar fuerza a movimientos, será fácil para la gente tomar a un personaje antiguo y reinterpretarlo para su conveniencia. Así, podrían agarrar a Jesús y algunos detalles para decir que fue precursor de algún tipo de feminismo o algo asi. Pero lo más probable es que fuera más o menos tan misógino como todos en su tiempo, aunque quizá no tanto como Saulo de Tarso.

Hay un texto que tiene por protagonista a María Magdalena, en donde dice:

Pedro dijo: «Mariam, hermana, nosotros sabemos que el Salvador te aprecia más que a las demás mujeres. Danos cuenta de las palabras del Salvador que recuerdes, que tú conoces y nosotros no, que nosotros no hemos escuchado». Mariam respondió diciendo: «Lo que está escondido para vosotros os lo anunciaré». Entonces comenzó el siguiente relato: (Evangelio de María, 10:1-10).

Pero este, como todos los demás textos, fueron atribuidos a personajes diversos en función de a qué corriente ideológica se adscribían. Se utilizaba aquí a María Magdalena para contraponerla, como autoridad apostólica, a los apóstoles a quienes se les atribuían otro tipo de interpretaciones de las palabras y vida de Jesús. Así como la gente en la actualidad inventa historias y relatos tontos diciendo «Y quien lo dijo fue el mismísimo Albert Einstein», así en la antigüedad decían: «Y quien escribió este libro fue el mismísimo Apostol Mateo, cuando se encontró un ángel en su sopa que le relató todas estas cosas».

Aquí otro pedazo que suena muy feo:

Cuando oremos, ¿cómo debemos orar? [preguntó Judas]. Dijo el Señor: Orad en el lugar en el que no haya mujeres. Mateo dijo: Nos dijo: «Orad en el lugar en el que no hay mujeres», lo que significa: aniquilad las obras de la feminidad, no porque haya otra manera de engendrar, sino para que cese la generación. (Diálogo del Salvador, 144:10-21).

Y es que por esa época estaba esparcido entre los cristianos el encratismo, que era la creencia de que debían ser totalmente abstinentes, ni siquiera casarse, porque el fin del mundo llegaría pronto, es decir, en unos pocos años o meses. Las mujeres eran vistas como las responsables de tener bebés, de la reproducción, y creían entonces, que mientras existieran las mujeres existiría el dolor y el sufrimiento en el mundo, pues seguirían teniendo bebés. Por ello, habría que obligarse todos a mantenerse vírgenes, y que las mujeres se volvieran masculinas.

Si acaso esto se viera como un tipo de feminismo, sería uno muy extraño. No sería esto por los derechos de las mujeres, sino como una necesidad para alcanzar el paraíso. Y pensando en esto, de pronto me parece curioso cómo he oído de muchas feministas renegar de la maternidad y buscan hacer a la mujer más masculina, y pienso, si acaso esto no sería una forma de eliminar lo femenino de la mujer igual que los gnósticos antiguos, y así, reconocer la feminidad como inferior o defectuosa. Es fascinante cuántas interpretaciones distintas pueden caber en una misma idea o acto. Laus Mercurius, Deo Interpretationis.

El Reino, Conocerse a Sí Mismo,
y el Todo

Algunas expresiones, frases y dichos se han repetido tantas veces a mi alrededor que me han llegado a hartar, el de «conócete a tí mismo» fue uno de ellos, especialmente porque muy pocas veces llegué a escuchar una explicación de por qué debíamos conocernos a nosotros mismos. Pero leer estos textos gnósticos me fortalecieron una idea en incubación, no la saqué directamente de ellos, pero su manera peculiar de entender este mandato, me inspiró. Dicen:

Esta, empero, es la vida, que el hombre se conozca a sí mismo por medio del Todo. No esperéis, por lo tanto, la resurrección carnal, que es corrupción, pues no se despojan de ésta los que se extravían esperando una resurrección que es vacía. (Testimonio de la Verdad, 36:20-37:10).

Y entonces alcanzarás al que es. Y entonces no serás más Santiago, sino que serás El que es. Y los que son innumerables todos habrán sido todos nombrados. (Primer Apocalipsis de Santiago, 27:1-10).

El que encuentre la interpretación de estos dichos no gustará la muerte. (...) Jesús dijo: Si os dicen vuestros guías: Mirad, el Reino está en el cielo, entonces los pájaros del cielo os precederán. Si os dicen: está en el mar, entonces los peces os precederán. Pero el Reino está dentro de vosotros y está fuera de vosotros. Cuando os lleguéis a conocer, entonces seréis conocidos y sabréis que vosotros sois los hijos del Padre Viviente. Pero si vosotros no os conocéis, entonces vosotros estáis en pobreza y vosotros sois la pobreza. (Evangelio de Tomás, 32:10-33:10).

Jesús les dijo: Cuando hagáis de los dos uno y hagáis lo de dentro como lo de fuera y lo de fuera como lo de dentro y lo de arriba como lo de abajo de modo que hagáis lo masculino y lo femenino en uno solo, a fin de que lo masculino no sea masculino ni lo femenino sea femenino; cuando hagáis ojos en lugar de un ojo y una mano en lugar de una mano y un pie en lugar de un pie, una imagen en lugar de una imagen, entonces entraréis en el Reino. (Evangelio de Tomás, 37:20-38:1).

El que se encuentra a sí mismo, el mundo no es digno de él. (...) Sus discípulos le dijeron: ¿Qué día vendrá el Reino? Jesús dijo: No vendrá en una expectativa, ni dirán: Mirad aquí o mirad allá; sino que el Reino del Padre está difundido sobre la tierra y los hombres no lo ven. (Evangelio de Tomás, 51:9-20). 

Un texto titulado «Hechos de Pedro y los Doce Apóstoles» cuenta una historia que tendría que ser forzosamente alegórica, porque interpretada literal tiene muchas inconsistencias internas, trata de que los apóstoles llegaron a una isla luego de la muerte de Jesús. Se hallan a un hombre en la isla que anda regalando una perla que no tiene en ese momento, pero se la dará a quien lo acompañe en un viaje a una ciudad nueva. Los apóstoles llegan para preguntarle por un lugar dónde quedarse, porque son extranjeros allí. Y él, que más tarde se sabrá que era el mismísimo Jesucristo, le dice:

Por eso también yo me he apresurado a decir «hermano mío y compañero», porque soy un extranjero como tú. (3:10).

Cualquier hombre no puede ir por ese camino, salvo el que haya renunciado a todo lo que posee, y ayune diariamente de estación en estación. Porque son numerosos los ladrones y las fieras salvajes en esa vía. Al que lleva pan consigo para el camino, perros negros lo devoran a causa de ese pan. El que lleva un vestido precioso de este mundo lo matan los ladrones a causa del vestido. Al que lleva agua lo destrozan los lobos por el agua, ya que tienen sed. Al que se preocupa por la carne y las verduras, lo desgarran los leones a causa de la carne. Si escapa de los leones, lo cornean los toros a causa de las verduras. (5:20-6:10).

Pedro se lamenta por las penas que tendrán que pasar, y pide fuerza a Jesús. Cuando por fin llegan, Jesús les manda volver a la ciudad anterior a predicar, prometiéndoles una recompensa, la perla que estaba ofreciendo él mismo en la ciudad anterior antes de encontrarse con los apóstoles.

—Señor, Tú nos has enseñado a renunciar al mundo y a lo que en él hay. Hemos dejado todo por ti. Nos preocupamos ahora solamente del alimento de cada día. ¿Dónde podremos encontrar las cosas necesarias que nos pides entregar a los pobres? (10:10-25).

Luego Jesús les da una caja con remedios medicinales, les dice antes que su nombre que ellos predican es más valioso que cualquier riqueza. Y les manda curar primero los cuerpos de los enfermos, y luego sus almas.

Esa historia tiene sus defectos, pero me gustó mucho. Y junto con todo lo anterior, me ha dado la idea, aunque posiblemente no corresponda con el sentido original de estos textos, de que el Reino de los Cielos fuera un estado mental, de cuando una persona realmente ama al prójimo y lo perdona todo, abandona la ambición y las pasiones, y vive en una paz espiritual, como un camino místico hacia la paz.


Bibliografía

  • Piñero, A., Montserrat Torrents, J., García Bazán, F., Bermejo, F., & Quevedo, A. (Edits.). (2011 [330-340]). Textos gnósticos: Biblioteca de Nag Hammadi I: Tratados filosóficos y cosmológicos. Madrid, España: Trotta.
  • Piñero, A., Montserrat Torrents, J., García Bazán, F., Bermejo, F., & Trevijano, R. (Edits.). (2009 [330-340]). Textos gnósticos: Biblioteca de Nag Hammadi II: Evangelios, hechos, cartas. Madrid, España: Trotta.
  • Piñero, A., Montserrat Torrents, J., García Bazán, F., Bermejo, F., Mangado, M. L., & Quevedo, A. (Edits.). (2009 [330-340]). Textos gnósticos: Biblioteca de Nag Hammadi III: Apocalipsis y otros escritos. Madrid, España: Trotta.

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