Enredaderas I

Voy a mostrar aquí algunas enredaderas. Las «enredaderas» pueden ser poemas, historias o canciones; en general, son discursos que tienen una forma fonética, pero tres o más formas lógicas. Es decir, que se pueden entender en varios significados globales, en diferente orden. Si recito una enredadera de manera fonética, seguro nadie se dará cuenta de ella, pero escrita sí se pueden dar cuenta, porque será visible que se trata de un discurso que se puede leer en varias direcciones a la vez.


El Teatro

Hubo una vez una mansión – en cuyo suelo fueron los recuerdos
donde quedaron atrapados – los personajes de un espejo
descuartizados los pedazos – que antiguamente fueron uno

Cuantas veces te encontraste – Al abrir la puerta un extraño
frente al espejo y no notaste – que te miraba con tus ojos,
que del sueño despertaste – creyendo que eras otro,
con ropajes diferentes, – te pidió una mano
y rechazaste – sintiendo pena
la manera en que tú actuaste – y dolor tras la respuesta
creyendo que tú eres – y ahora se retira
con tus pies – y sin ayuda

Y sin ayuda te marchaste – Tras un extraño sueño
y sin ver al Horizonte – donde el recuerdo
te encontraste – de haber sido
otra persona

Has soñado que eres otro,
y crees que estás despierto
cuando sueñas.
Crees que estás despierto ahora,
y no te reconoces en la cara
de quien fuiste frente a ti.

Pero al final, la araña vendrá,
te matará y al despertar,
fuiste mucho más.
Todos los que fuiste
y cuenta no te diste,
se tomarán las manos
e inclinados ante el mar,
recibirán los aplausos
y del teatro bajarán a festejar.


El Despertar

Que sabrosos son los sueños – en la lengua cuando duermes – como el aire comprimido
cuando pisas las estrellas – y gotean tus suspiros – en esa vida que no tienes
cuando lloras como un juego – sobre el mar que te reclama – y purifica de la imagen
de cansancios apagados – que respires bajo el agua – deformada del dolor

Es aquí la eternidad – y es aquí la diversión – de nacer en el rencor
que te salva y te condena – por estar fuera del mar – atrapado en el dolor
A disfrutar de cada instante – tanto alegre como triste – por estar desentendido
del más allá del tiempo – en el silencio perpetuo – del fulgor de las estrellas

¡Sí lo sientes en el cuello – como un brillo celestial – que te impulsa a respirar!
Es el aire el que respira – en tu historia cual fractal– y en tus ojos aún cerrados
en un sueño sin final

¿Puedes sentir la eternidad? – en el silencio del vapor – y el calor de la amistad
cuando los tomas de las manos – al final del despertar – a todos ellos sin rencor
y se inclinan ante el mar – cuando llueven los aplausos – y te olvidas del disfraz


Desde hace unos meses me ha llegado la idea, muy fuerte, de que la reencarnación existe, pero no en la manera en que uno muere y tiempo después reencarna en otro animal o ser humano, sino que al morir, reencarnaría en alguien que vivió durante el mismo tiempo que yo. Que fuera del cosmos y del tiempo, todos somos una misma alma que ha encarnado en todos los que fuimos, somos y seremos, en un teatro inmenso, y que la única diferencia entre nosotros son nuestros disfraces y contexto, una vida actuamos como un personaje, y en la siguiente como otro.


Contemplación del Horizonte

No hay manera de escapar de tus entrañas.
Solo al verte estoy perdido,
no te ahuecas si respiro.
Y si voy a la montaña
tu ya estás frente a la playa.

Bajo ese frío incandescente – Y en ese abismo tan ubicuo
que es el todo que compones – hasta el sol se ha derretido
cada día que te persigue – cuando intenta enfurecido
muere cada exhalación – maldiciendo tu silencio.

El Horizonte siempre crece – Como una espada hacia tu pecho – Y hacia la falta de mañana
y esa tarde que jamás nos acontece – que nunca mata nuestro aliento – Tienden siempre nuestras lágrimas
hacia las aguas suspirantes – así son calmos los silencios – porque se cansa de pisadas
Toda esa tierra miserable – Ya tan ahogada en los suspiros – que no permiten que la lluvia
siquiera pueda sostenerse – del más constante de los ciclos – como los sueños, le transmita
de los colores que refleje – su gran dureza que se ha roto – a ese Horizonte en sus caricias.

Es el viento quien te canta – ¡Oh, señor de los abismos!
quien se pierde en tus entrañas – oye el llanto de mi canto
nunca quieto entre las ramas – que se esparcen por el suelo
de tu voz, estas palabras – estos secos ojos míos.

Esa espada, tu mirada,
siempre deja una esperanza,
¡Ay, cruel belleza del camino!
siempre dando la ilusión
de que existe algún destino


Extranjero

Soy un extranjero  Vago por la tierra
y nadie me encuentra  más allá de la costumbre
a nadie le interesa  lo que escuchen
y yo desde fuera  de mis pasos
solo callo y ando  en ecos de siluetas
invisible bajo un sol que  es el llanto del mar
careciente de soporte  que para ellos se derrama
es el suelo ante sus ojos  sobre el cielo al que apaga


Espiral Triangular del Espíritu



La anterior es una espiral, es una enredadera de tres hemistiquios que va creciendo en número de sílabas, ésta en el orden de: 1-2-3, 3-4-5, 5-6-7, 7-8-9... etc. Se me hace una cualidad de excelencia que la forma misma de la obra refleje su contenido. Esta trata del cambio, la muerte y resurrección, por eso va en espiral, y donde muere con una cantidad de sílabas, renace con la misma cantidad y continúa. Cada lado se puede leer independiente, y a la vez, rotando, desde el centro hasta la periferia, y rotando también, desde la periferia al centro.

Renovación


Este último es una enredadera bastante extraña, a la que aún no le hallo nombre apropiado, quizá sólo «pentagrama» porque esa forma tiene. Sé que lo que dice resultará extraño. Pero les cuento, que yo creo que el universo es una novela o teatro gigante, y nosotros personajes; esta enredadera trata de la renovación de la Naturaleza. Se puede leer pasando las líneas por la periferia, o yendo en el orden de los versos que está marcado con números romanos.


Sobre las Enredaderas

Hubo un momento al final de mi terapia en que tuve una revelación personal, como un sueño en que mis dioses me enseñaron esta forma artística nueva entre otras cosas muy íntimas, y al día siguiente era capaz de hacer enredaderas. Quizá el contenido les parezca poco interesante o irrelevante. Pero hasta donde yo sé, aunque tampoco sé mucho, nadie nunca ha hecho algo como esto. La única que he visto que hizo algo parecido fue Sor Juana una vez, lo llamó «Laberinto endecasílabo», me gustó mucho.

Estas enredaderas son para mí una actividad espiritual, cuando las hago siento que formo parte de la totalidad de las cosas, así como ellas mismas se muestran: diferentes narraciones forman parte de una Gran Narración en la que todo tiene su lugar y sentido. Cuando hago una siento que mi cabeza es una escopeta.

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