Acerca de la Pedofilia

Esto lo escribo a partir de que una amiga me hizo pensar en el tema, pero yo no sé mucho de esto. Ella me contó que discutió con alguien, ella decía que los pedófilos eran enfermos mentales, y el otro le discutía que no, que eran personas con una sexualidad diferente y que se deben respetar sus gustos. Ella, dudando, me preguntó acerca del tema. Además, estaba aburrido.

I
La Psiquediversidad

Parte de la creatividad, según me ha instruido el dios al que le dedico este sitio web, es deshacerse de todos los prejuicios, permitirse pensar cualquier cosa, y reconocer que todo en la mente, igual que con la biología, ocurre a través de la variación y adaptación. No existe una evolución lineal, la evolución es siempre, en la biología, la sociedad, la cultura y la mente, una variación que puede crecer hacia cualquier dirección, como una enredadera, como un vaso de agua que derramas sobre el suelo y se escurre hacia donde le es posible ir.

Así, lo primero que tengo que decir al respecto, es que no existen los trastornos mentales, no existen las enfermedades mentales, esas son clasificaciones seudocientíficas. Esto es lo primero que publiqué en este sitio, una de las cosas más importantes que he escrito, aunque quizá también una de las más simples: La Psiquediversidad.

La psiquediversidad es el reconocimiento de que no hay errores mentales, errores cognitivos, distorsiones cognitivas, no hay enfermedades mentales ni trastornos mentales. Es verdad que la Asociación Psiquiátrica Estadounidense (APA, por sus siglas en inglés) mantiene el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM, en inglés), pero la psiquiatría de esa tradición es charlatanería seudocientífica; sus clasificaciones son reduccionistas, arbitrarias, y absurdas si se las observa con cuidado desde la antropología y la sociología.

Hoy la homosexualidad no es considerada un trastorno mental en el DSM, pero antes sí se clasificaba como un trastorno mental. ¿Por qué la quitaron?: por la política, no por la teoría o los avances científicos, porque la APA no es una institución científica, sino política y comercial. Hoy se acepta cada vez más a los transgénero y a los transexuales, pero en el DSM IV seguían diciendo «trastorno de la identidad sexual», en el DSM V lo cambiaron por «disforia de género», un poco más descriptivo, aunque claramente motivados por la política, pues en sus criterios siguen expresándose torpes e ignorantes, poniendo la aclaración: "2. En los chicos (sexo asignado), una fuerte preferencia por el travestismo o por simular el atuendo femenino" (pág. 239), «sexo asignado», es decir, que no entienden siquiera la diferencia entre sexo y género, siguen pensando que es un trastorno mental aunque le cambiaron algunas palabras y añadieron otras para disimular hasta que la convicción política los obligue a cambiar sus clasificaciones. Eso es el DSM, una herramienta política de opresión y abuso económico a los psiquediversos.

La estadística no dice absolutamente nada sobre la salud mental, lo único que dice es cuál delirio es el más extendido en una población. ¿Llamaremos loco, enfermo o alienado al que ve demonios y no al que les teme sin haberlos visto? Todos sabemos que Don Quijote es más chingón que Sancho Panza. Más del 80% de la población mundial es creyente de alguna religión, y siendo así, los locos serían los ateos y los científicos por esta única diferencia: sus delirios no son como los de la mayoría. ¿Llamaremos «enfermos mentales» a los que fundaron las iglesias y no a la inmensa cantidad de gente que las frecuenta? La realidad es que la cultura entera está compuesta de delirios, de eso nadie se escapa, pero esos delirios muchas veces surgieron como formas de resolver un problema en su época; unas veces esos delirios son adaptativos en unos contextos, y otras veces no.

Así que esto es lo primero: los pedófilos, igual que cualquier otra persona en el mundo, no son enfermos mentales, lo que sucede con ellos es que tienen una variación particular.

II
La Definición

Lo que sigue es definir qué es pedofilia, etimológicamente significa algo así como «amor a los niños». El DSM V tiene estos criterios:

A. Durante un periodo de al menos seis meses, excitación sexual intensa y recurrente derivada de fantasías, deseos sexuales irrefrenables o comportamientos que implican la actividad sexual con uno o más niños prepúberes (generalmente menores de 13 años).
B. El individuo ha cumplido estos deseos sexuales irrefrenables, o los deseos irrefrenables o fantasías sexuales causan malestar importante o problemas interpersonales.
C. El individuo tiene como mínimo 16 años y es al menos cinco años mayor que el niño/niños del Criterio A.
Nota: No incluir a un individuo al final de la adolescencia que mantiene una relación sexual continua con otro individuo de 12 o 13 años.
Especificar si:
Tipo exclusivo (atracción exclusiva por los niños)
Tipo no exclusivo
(pág. 377).

Eso es lo que se entiende por pedófilo en el DSM V. Pero aquí yo mantendré otra definición: pedófilo el que siente atracción por niños, prepúberes; pederasta el que ha mantenido relaciones sexuales con un niño, prepúber.

Esto es útil únicamente para hacerles notar que un adulto que mantiene relaciones sexuales con un menor de edad no es necesariamente un pedófilo, por ejemplo, si un adulto mantiene relaciones sexuales con alguien de 17 años en México no es un pedófilo, porque aunque sea menor de edad, su pareja no es prepúber, no es un niño. Porque muchas veces la gente utiliza mal los términos, como un insulto hacia quienes son diferentes de una manera que no les gusta. Estos términos deben ser descriptivos, no insultos.

III
El Matrimonio Infantil

En nuestra cultura es común que a todos les horrorice solo pensar en un niño casado con un adulto, a pesar de que en realidad es un tanto común en México y hasta hace algún tiempo, me parece, seguía siendo legal, o quizá sigue siendo, no sé. Pero a lo largo de la historia no ha sido algo tan extraño.

En los tiempos del Imperio Romano la gente tenía una esperanza de vida de 30 años, hasta la Edad Media ese promedio no fue subiendo más que muy poco a poco. Hoy creemos en la infancia, la suponemos algo natural y atemporal, pero en la Edad Antigua era una cosa muy distinta, y en la Edad Media no existía, vean ustedes cualquier pintura de la época: no hay niños, hay adultos chiquitos. Las leyes se aplicaban con el mismo rigor a adultos y niños. A partir de aproximadamente los 7 años, los niños eran destetados e inmediatamente ya eran adultos.

Es algo quizá razonable, véase que siendo la esperanza de vida 30 años, la vida debía ser más frenética. En la Edad Antigua en el Imperio Romano a las niñas ya se les buscaba marido desde los 8 años, y en cuanto menstruaban ya podían casarlas, ya eran mujeres; en cambio los muchachos eran adultos hasta los 16 años. En una ocasión Cicerón, por política (como han sido motivados la mayoría de los matrimonios de la historia y del mundo, junto con la economía), se casó con una muchacha mucho menor que él, que era ya un anciano. La diferencia de edad era tan grande que incluso en su época le dijeron: «¡Cicerón, cómo es que te atreves a casarte con esa niña tú que estás tan viejo!», a lo que Cicerón contestó: «No se preocupen, mañana será una mujer», en su época todos consideraron esa respuesta increíblemente audaz y lo elogiaron, porque era cierto, así funcionaban las cosas en aquellos tiempos, esa era la realidad. Lo que era ser un hombre o una mujer no era lo mismo que aquí y ahora es.

Aunque en nuestra cultura es algo feo, hay lugares del mundo donde sigue ocurriendo y es algo común. En Turquía, por ejemplo, las niñas siguen considerándose en edad apropiada para casarse; en muchas otras partes del mundo musulmán y en África, el matrimonio infantil es legal. Si está bien o mal, yo no lo sé; los efectos que tenga el matrimonio infantil los desconozco. Y que nos suene feo no significa necesariamente que sea malo, la ciencia debe hacerse sin prejuicios, ir a estudiar allá a quienes se casaron siendo niños y ver qué efectos tuvo en ellos.

En algunas partes del mundo, me parece que en Arabia, por lo menos en la época de Muhammad, era algo común que los hombres jóvenes se casaran con mujeres viudas; cuando sus esposas morían, ellos eran viejos y se casaban con muchachas, luego ellos morían y las viudas se casaban con hombres jóvenes, y así seguía el ciclo. Las diferencias de edad en los matrimonios son muy variadas en todo el mundo, no debemos considerar que la forma en que tradicionalmente se casa uno aquí es la única o la mejor.

IV
La Madurez es Cultural

Estamos acostumbrados aquí a pensar que se es adulto a partir de los 18 años, porque las leyes lo dicen así. Pero esas leyes las hizo la gente, y la gente es muy diferente en todo el mundo. No he leído gran cosa de los pedófilos activistas, pero he visto uno de sus argumentos: que darán su amor únicamente a niños que consientan en la relación; y a eso contestan otros que los niños no están en edad de tomar decisiones por sí mismos.

Nosotros suponemos que la madurez sucede a los 18 años, pero todos sabemos de personas que tienen 20, 30, 40, 70, y siguen siendo infantiles. ¿Serán ellos capaces de tomar decisiones por sí mismos? Hay gente que aunque tiene legalmente el derecho de tomar sus propias decisiones y hacer con su vida lo que les da la gana, a todos nos da la impresión de que dirigiendo ellos su propia vida sólo se hacen daño a sí mismos, y alguien debería controlarlos para que no se lastimen a sí mismos y a los demás.

Aquí son los 18 años, pero en la antigua Atenas la edad para votar eran los 30, y eso con dos requisitos: ser varón, y haber tenido entrenamiento militar. En el Imperio Romano el padre de familia controlaba la vida de su esposa y sus hijos, y éstos no tenían plena autonomía sino hasta que el padre de familia moría y alguien lo sucedía en su puesto. La madurez y la capacidad de elección no son idénticas en todas partes, varían. No es nada más que haya diferentes edades a partir de las cuales se considere que uno es capaz de hacerse responsable por sí mismo, es que también esa madurez o responsabilidad depende de otros aspectos culturales, como estar atado a una jerarquía familiar, o tener un conocimiento o habilidad. Y recordemos aquél dato: en la Edad Media a partir de los 7 años ya se era un adulto.

La madurez es cultural, no biológica, como decía Geertz (2006):

En Java, (...) la gente dice llanamente: "Ser humano es ser javanés". Los niños pequeños, los palurdos, los rústicos, los insanos, los flagrantemente inmorales son considerados adurung djawa, "aún no javaneses". Un adulto "normal", capaz de obrar de conformidad con un sistema de etiqueta en alto grado elaborado, que posee delicado sentido estético en relación con la música, la danza, el drama y los diseños textiles, que responde a las sutiles solicitaciones de lo divino que mora en la calma de la conciencia de cada individuo vuelta hacia adentro, es sampundjawa, "ya javanés", es decir, ya humano. (pág. 58).

Los psicólogos, si utilizamos y observamos las etapas del desarrollo cognitivo de Piaget, sabemos que quienes estudiaron llegan a la etapa de operaciones formales, y quienes no estudiaron se quedan en la etapa anterior: la de operaciones concretas. Esto porque la adquisición de conocimientos, habilidades y formas de pensamiento complejo hacen que la gente llegue a una nueva forma de pensar. En mi opinión el desarrollo cognitivo no es lineal, sino que es capaz de ir a otras direcciones también, pero el punto se entiende. La madurez no es cosa que se pueda establecer tajantemente con un número de años, la madurez es cultural, y eso la hace muy difícil de observar y definir con objetividad. No hay algo fijo a lo que podamos atenernos para definir de manera universal que alguien es maduro y capaz de tomar sus propias decisiones.

V
La Causa Eficiente

Pero en todo caso, aunque no sea un trastorno mental, mi amiga me preguntó «¿Y a qué clase de trauma se debe que a alguien le exciten los niños?», y recordé una vez que yo me pregunté «¿A qué trauma se deberá la homosexualidad?», y el dios de las mentiras me dijo riendo: «¿A qué trauma se deberá tu heterosexualidad?». La pregunta está mal formulada. Luego de mencionar todos los datos de otras culturas, en unas que no había infancia como en la Edad Media, en otras que sí había infancia pero muy rara, y otras culturas con matrimonio infantil, hay que preguntarse si acaso no será natural sentir atracción por cualquier cosa bella, aunque la belleza también varía en cada cultura y en la percepción de cada persona. Aunque el matrimonio en otros tiempos no era pensado como ahora, sino como una forma de hacer alianzas políticas y económicas.

La pregunta debe ser: «¿Cuál es la causa de que alguien se sienta atraído por niños?», igual que para alguien que se siente atraído por hombres o por mujeres, o por cualquier cosa. Pero los niños pueden sentirse atraídos por otros niños y no tiene nada de raro, sólo que desorienta que luego de muchos años a alguien le sigan atrayendo los niños; pero como vimos, las clasificaciones de madurez son muy variables, medimos el tiempo en años pero cada instante estamos más cerca de la tumba. Unos dicen que hay una diferencia muy específica y por la cual hay que seguir considerando enfermos a los pedófilos, y es que la pedofilia no es una orientación sexual. Y sí que vemos caracteres sexuales secundarios que nos hacen suponer que hay dos sexos, pero el sexo uno nunca lo mira; hay quienes cromosómicamente son XY pero por caprichos de la biología se desarrollaron como hembras, y hay quienes son hermafroditas. El sexo es biológico, pero los hechos de la biología no se ven con los ojos. Lo único que vemos y sentimos son objetos, a los cuales clasificamos con conceptos religiosos, ideológicos, filosóficos y científicos, pero no por ello dejan de ser percepciones subjetivas y culturales. Si supusiéramos que hay que condenar la pedofilia porque no es una orientación sexual, quizá con ello habría que condenar también a quienes tuvieran por pareja a una persona con enanismo, o quienes tengan por pareja a una persona con hermafroditismo.

Claro que hay motivos por los cuales una persona adulta se sienta atraída con mucha fuerza por niños, aún más si su única atracción sexual posible es hacia los niños. Pero ello no es motivo para agredir o condenar; no todo pedófilo es violador, todos hemos fantaseado alguna vez en matar a alguien, y yo huiría inmediatamente de quien fuera que jamás lo hubiera fantaseado. Ha de haber causas para esa atracción intensa del pedófilo, pero no sé determinarla, habría que estudiar cada caso en particular y hacer una profunda y amplia estadística para poder suponer una generalidad.

VI
Conclusión

¿Entonces, hay que permitir que los pedófilos tengan relaciones sexuales con niños? Hay algunos datos estadísticos que dicen que el maltrato infantil y especialmente el abuso sexual infantil están altamente relacionados, muy seguramente como etiología, con la aparición de episodios psicóticos, y en el desarrollo de la esquizofrenia. Por esa razón me parece que lo mejor es no permitir que los pedófilos cumplan sus fantasías. Porque aunque dijeran que no los maltratarán ni abusarán, si incluso en las relaciones de adultos hay heridas frecuentes y profundas por las relaciones amorosas, en los niños más probablemente serían mucho peor. Como enseña Homero en la Ilíada: a veces hace falta más coraje para resignarse que para invadir Troya. En realidad, lo mejor sería no enamorarse nunca, de nadie; el enamoramiento es la primera cosa a la que yo pensaría en clasificar como «enfermedad mental».

Lo que sí digo, es que para decidir qué hacer acerca de temas como esos es necesario que las iniciativas vengan fundamentadas en la ciencia; no desde el capricho de algunos movimientos sociales y presiones políticas sin fundamentos. Porque por pura presión política podríamos incluso encapricharnos para legalizar el asesinato y la esclavitud argumentando que tenemos derecho a matar gente igual que matamos animales para comer, y que tenemos derecho de tener esclavos igual que tenemos mascotas o máquinas que nos faciliten la vida.

Pero entre qué edades o bajo qué criterios permitir una relación, eso afortunadamente no es asunto mío; yo solo he mencionado algunos datos que tengo para deshacer algunos prejuicios particulares de nuestra cultura. Siendo ignorante en estos temas, esta información que les he contado y con la que he reflexionado la junté mientras iba curioseando por aquí y por allá, investigando otros asuntos.



Fuentes:

  • American Psychiatric Association (2002). DSM-IV-TR Breviario. Barcelona, España: Elsevier.
  • American Psychiatric Association (2014). Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5. Arlington, Estados Unidos.
  • Beard, M. (2016). SPQR. Una historia de la Antigua Roma. Ciudad de México: Crítica.
  • Brown, P., Patlagean, É., Rouche, M., Thébert, Y., & Veyne, P. (2017). Historia de la vida privada 1 (Vol. 1). (F. Pérez Gutiérrez, & J. Arce, Trads.) Barcelona, España: Taurus.
  • Geertz, C. (2006). La interpretación de las culturas. (A. L. Bixio, Trad.) Barcelona, España: Gedisa.
  • Giddens, A., & Sutton, P. W. (2017). Sociología. (F. Muñoz de Bustillo, Trad.) Madrid: Alianza Editorial.
  • Johannessen, J. O., Martindale, B. V., & Cullberg, J. (Edits.). (2008). Evolución de las psicosis. (N. Cañete, Trad.) Barcelona, España: Herder.

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