Acerca del «Pensamiento Positivo»

Muchos conceptos psicológicos forman parte del vocabulario popular, pero los usan mal la mayoría de las veces; del mismo se han formado ideas de la psicoterapia, pero algunas de ellas se han vuelto estereotipos del sentido común, pintando a los psicólogos y sus terapias como si fueran lo mismo que reunirse a hablar de sus problemas con sus amigas. Aquí me centraré en uno de esos estereotipos: el de la felicidad y el «pensamiento positivo».

I
La Felicidad

Hay una diferencia entre emociones y sentimientos. Las emociones son generales, y los sentimientos siempre hacen referencia a un objeto. La felicidad es una emoción, y las emociones son estímulos internos.

Creo que todos en nuestra vida hemos notado que nuestra sensación del agua es diferente en intensidad según la costumbre que tengamos, por ejemplo, si nos metemos a una piscina, rodeados de agua no le prestamos atención, pero si estamos secos y nos echan un vaso de agua de improviso en la camisa, notamos el agua con mayor intensidad.

Esto se debe a que a como un estímulo se vuelve más constante y frecuente, se siente con menor intensidad. No nada más el cuerpo está hecho para adaptarse, por ejemplo, al tocar la guitarra con frecuencia tus yemas se vuelven más duras y te molesta menos tocarla; lo mismo pasa con la mente, un estímulo a como va volviéndose más constante se vuelve menos intenso.

De manera que la felicidad, si acaso pudiera ser constante, sería por ello mucho menos intensa. Si alguien pudiera estar feliz todo el tiempo, ello sólo traerá dos consecuencias posibles: 1) desaparecerá la alegría y al instante comenzará una emoción igual de fuerte pero distinta; o 2) la felicidad irá perdiendo su intensidad hasta convertirse en serenidad. Ve, que aún quienes usan drogas, cada vez necesitan una dosis mayor, porque el cuerpo y la mente se adaptan. 

De modo que estar feliz todo el tiempo es imposible a menos que te hagas algo directamente en el cerebro para liberar dopamina hasta morir de golpe. Aún quienes viven en el más asqueroso lujo y los más ilimitados placeres, sufrirán insoportablemente por perder sus chanclas o alguna insignificancia natural, porque tendrán muy frágil la mente para soportar los acontecimientos más mínimos.

II
La Vida Descuartizada

He empezado a estudiar tratando de encontrar los orígenes y transformaciones del concepto de felicidad a lo largo de la historia, pero me falta bastante para estar seguro de alguna cosa. Mi tesis por el momento es que la búsqueda actual de la felicidad está determinada por el ideal cristiano del paraíso, que persiste aún en quienes se deciden a disfrutar este mundo, buscando la felicidad total del paraíso aquí en la tierra, es decir, una transformación del mito religioso en mito empresarial o terrenal.

Como sea, el punto es el siguiente: la felicidad total y constante en esta vida es imposible. Y aferrados a la búsqueda del Edén en la tierra, por el medio que sea, si por inversiones, por paz interior, por libros de autoayuda, por esa estúpida moral empresarial, o lo que sea, la gente se ha hecho la idea de que deben vivir felices y que si no es así pues qué horrible. Científicamente debemos olvidarnos de la búsqueda de finalidades últimas, pero ustedes entenderán lo que quiero decir: Todas las emociones, no las tenemos de adorno.

Es absolutamente ridículo dividir las emociones, pensamientos y conductas en «negativas» y «positivas». Estas palabras originalmente se refieren a los hechos, por ej., el médico dice: «usted es VIH positivo» quiere decir «es un hecho que usted tiene VIH», y negativo lo opuesto. En la química usaron estas palabras para referirse a las cargas eléctricas, primero creían que los protones eran los responsables de la electricidad, y por eso dijeron que tenían cargas eléctricas positivas los protones, porque querían decir: «los protones sí tienen carga eléctrica» y los electrones tienen carga eléctrica negativa, es decir, que no tenían. Pero para su sorpresa resultó ser al revés, y así se quedaron los nombres y atributos. No sé cuándo ni por qué clase de transmutación, estos términos se empezaron a usar para la psicología de una manera absurda.

Las emociones, sentimientos, pensamientos y conductas, en el sentido original de las palabras «positivo-negativo» serían todos positivos si se presentan, y negativos si no. Lo que hacen los psicólogos al usar estos términos, según me parece, no hacen más que decir «pensamientos y emociones malas» y «pensamientos y emociones buenas» pero con términos distintos para simular ser más científicos cuando en realidad sólo están imponiendo prejuicios nacidos de su cultura de crianza.

Sea cual sea el proceso histórico, se ha formado entre la gente un ideal que consiste en que uno debe ser feliz, y bajo esta idea la gente descuartiza su vida, arrancándole, incluso a propósito, a su memoria los recuerdos tristes y evitando enfrentar cualquier problema y angustia. Y lo único que consiguen con ello es generarse una multitud de psicopatologías. 

Así que ahora nota: Si te quemas te duele, por eso te quitas, y sigues vivo; si no te doliera, morirías incendiado. Del mismo modo, todas las emociones y sentimientos son útiles y necesarias para vivir, incluso el sufrimiento psíquico es útil y necesario. Y del mismo modo que te enfermarías si no sintieras dolor en ninguna parte del cuerpo, también te enfermarías y podrías morir si no sintieras las mal llamadas «emociones negativas», y si acaso un soldado en la guerra no fuera paranoico y no tuviera miedo, moriría también bastante rápido.

Por eso: la vida, vívela completa: las vivencias tristes y dolorosas, vívelas y recuérdalas. Porque si te intentas olvidar de ellas, en vez de aprender ellas, caerás en los mismos errores una y otra vez; porque si evitas ver al cocodrilo no desaparecerá, te devorará si no corres. Si evitas vivir las despedidas y las muertes de tus amigos porque te ponen triste, vivirás con la tristeza cada instante porque no cerrarás la herida, te desangrarás lentamente si te niegas a verlo porque es feo.

Sí hay psicólogos que recomiendan «pensar positivo», pero lo hacen a través de técnicas específicas y para solucionar problemas muy específicos, no es ninguna clave de la vida que te vaya a funcionar para todo. Además, en mi opinión, esas técnicas son igualmente muy desagradables. A mí me parece que lo mejor no es fomentar que la gente cambie los pensamientos que les lastiman, sino que desarrollen la capacidad de tolerarlos. Cuando tocas guitarra por primera vez te duele, y si abandonas todo sólo por evitar el dolor, no tocarás música; con el tiempo te adaptas y tus dedos se vuelven suficientemente duros para que puedas disfrutar de la música. De la misma manera, según mi opinión, la mejor forma de vivir no es evitando el sufrimiento, sino aprendiendo a tolerarlo: desarrollar la resiliencia.

III
Apología de la Angustia

Da pena, por todos ellos, que dividen las emociones y sentimientos en «positivos» y «negativos», y rehúyen de los «negativos» como si fueran una cosa despreciable que nadie debiera sentir, como si fueran un crimen de la Naturaleza. Porque nunca han conocido el éxtasis en que a través de una obra de arte las tristezas se transmutan en belleza.

Vida es voluntad de vida, voluntad es carencia, carencia es dolor, toda vida es dolor.
Pero toda cosa que vive, cree estar viva y tener la vida; y el dolor es para toda cosa mudo y continuo así que no lo llama dolor — sino que dolor llama a las revelaciones de la no esencia de su creída posesión, a la pérdida de lo que creía poseer. Así que también su dolor es dicho según su misma ilusión: ella se queja de no poder en adelante quejarse así como se quejaba con relación a aquella cosa, ya que a ese quejarse ella le llama gozar. Ella lamenta la pérdida de la cosa, no su perdibilidad: la irrealidad de la posesión. Y para vivir se vuelve hacia nuevas cosas similares a aquélla en la caducidad, y de esa posesión aparente se alimenta todavía oscuramente sufriendo, —
Pero quien quiere la vida verdaderamente, rechaza vivir con relación a aquellas cosas que hacen la vana alegría y el vano dolor de los otros — y no contentándose con una posesión ilusoria pide la verdadera posesión, así que en él toma forma y se revela el mudo y oscuro sufrir de todas las cosas. Su vida es el rechazo y la lucha contra todas las tentaciones de las ilusorias satisfacciones, y no dispersándose en el acto de las continuas correlaciones (posesiones ilusorias) se afirma y toma forma y se crea por sí misma: eso es el arte.
El arte es por lo tanto el más fuerte dolor y la más fuerte vida — y da la más fuerte alegría en la afirmación de sí mismo.
 (Michelstaedter, 2011, pág. 99).

Tristemente la práctica de las artes no están tan difundidas entre la gente. La gente cree que practicar un arte tiene necesariamente como finalidad el volverse famoso en ello, ser de una habilidad histórica, pero no debieran verse de ese modo. Igual que desde niños aprendimos hábitos de salud como bañarse, lavarse las manos antes comer, comer de manera equilibrada, sana, y hacer ejercicio, de la misma manera desde niños a todos debiéramos enseñar hábitos de salud psicológica, entre ellos la práctica de las artes, igual que el ejercicio: no para ser el mejor y volverse famoso, sino por entretenimiento, placer y salud.

Quien no practica un arte con el suficiente atrevimiento para crear aquello que lleva en el alma, nunca sentirá sino muy levemente el placer y la seguridad que se siente cuando uno es capaz de transmutar toda desgracia en una expectación extática de la belleza. Y notar que la belleza de la vida no es pura alegría, también es sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra; todas las emociones y sentimientos son para vivirse y disfrutarse en el momento.

¿Cuántas veces estando triste no has puesto una canción triste para deslizarte hacia el sufrimiento más sabroso? A eso los pitagóricos lo llamaban κάθαρσης/kátharsis (purificación), término que se usó después para referirse a una de las primeras terapias de la histeria.

IV
Conclusión

Si el trabajo de tu psicólogo consiste únicamente en decirte que pienses positivo, déjalo antes de que te haga daño. Nunca escuches a los coach de vida, ellos deberían estar en la cárcel; y los coach empresariales lo único que quieren es tu dinero y tener esclavos felices durante el trabajo para las empresas. Cualquier libro de autoayuda que encuentres, deberías reciclarlo de inmediato porque son un total desperdicio y sus autores deberían estar en prisión.

Si te sientes triste, enojado, desmotivado, disfrútalo, has ejercicio, practica un arte, habla con tus amigos, y ve con un psicólogo. Cuando tengas un problema que no sea una emergencia como un asalto o un terremoto sigue este protocolo: 1) reconoce cómo te sientes; 2) ubica el problema y defínelo; 3) piensa en las soluciones posibles; 4) si hay una solución posible, hazla, si no tiene solución entonces no es un problema, tendrás que vivir con ello, resígnate. Esto deberías hacerlo como un hábito, igual que te lavas las manos antes de comer. Y si el problema tiene solución, no te preocupes; si no la tiene, resígnate y no te preocupes; pero no mires a otro lado, exprésate.

Eso es lo que yo hago, y miren que mi tranquilidad es tanta, que si por un extraño motivo me pasa por la mente que quizá se quema la casa porque dejé la estufa encendida, resuelvo al instante: «pues ya se quemó» y sigo la fiesta, y por eso nunca tengo esas preocupaciones. Se llama resiliencia, y es lo que todos hemos de desarrollar para vivir mejor: la capacidad de soportar y adaptarse a las circunstancias dolorosas.


Referencia:

  • Michelstaedter, C. (2011). La melodía del joven divino. (A. Castilla Cerezo, Trad.) D.F., México: Sexto Piso.

Comentarios

Entradas populares