Contra el Dualismo Biología-Cultura

    Lo siguiente ya lo plasmé en mi tesis de licenciatura titulada "La música y su relación con lo inconsciente", defendida en la Universidad Autónoma de Sinaloa, y en mi libro Del Arte como el Origen de la Cultura, aquí lo expreso muy resumidamente para dejarlo al alcance de cualquiera.

La Cultura en el Psicoanálisis

    El psicoanálisis ha invadido casi todas las esferas de la cultura, las artes y ciencias, entre ellas a la antropología. Freud (2012 [1930]) definió la cultura así:

el término «cultura» designa la suma de las producciones e instituciones que distancian nuestra vida de la de nuestros antecesores animales y que sirven a dos fines: proteger al hombre contra la Naturaleza y regular las relaciones de los hombres entre sí. (pág. 3033).

    La parte de "que distancian nuestra vida de la de nuestros antecesores animales" es puro relleno. Lo mismo podría decirse de cualquier otro animal, que hay cosas que distancian su vida de los demás, por ejemplo, que las alas distancian la vida de los pájaros de los demás animales. Todos los animales son diferentes y eso es obvio.

    Entonces, la parte seria consiste es ésta: que la cultura son las producciones e instituciones 1) que protegen al hombre contra la Naturaleza; y 2) que regulan las relaciones de los hombres entre sí.

    Sobre la primera parte, al parecer por "Naturaleza" se refiere precisamente a todo lo que no es humano. En ese sentido, podrían entenderse los colmillos de los perros y las garras de un oso como productos culturales porque sirven para protegerlos del resto de la Naturaleza.

    Y sobre la segunda parte, todos los demás animales tienen mecanismos que regulan las relaciones de unos con otros. La creación del "Estado" o gobierno es bastante reciente, antes las comunidades humanas funcionaban de modos más rudimentarios mediante la simple imposición del más poderoso. Y así, cualquier animal que devolviera el golpe ya estaría regulando las relaciones entre los demás. Aparte, hay otros animales sociales, y algunos con organizaciones impresionantes como las hormigas y las abejas.

    En El malestar en la cultura Freud dijo que la cultura consiste en una integración de los individuos a una comunidad mediante la cual, juntos, logran sobrevivir y adaptarse de mejor manera, pues solos correrían un mayor peligro. Pero al estar en sociedad, les es necesario a todos renunciar en gran parte a la satisfacción de sus deseos.

    Es comprensible, totalmente, que un ateo en la época victoriana concibiera la cultura y la vida en sociedad como una renuncia a las satisfacciones de los deseos. Pero la cultura no es, como el creía, un mecanismo de regulación o limitación de la satisfacción. En la actualidad los mismos psicoanalistas reconocen que el mandato Superyóico es: ¡Goza!, la cultura capitalista nos manda realizar todos nuestros deseos tan rápido y fuertemente como sea posible. Esto tiene que dejarnos claro que la cultura no es una regulación o una limitación de las satisfacciones. Eso ocurría únicamente en la cultura cristiana preindustrial, donde el mandato cultural consistía en abstenerse de los placeres corporales para lograr la satisfacción del espíritu en la otra vida. Eso Freud no lo entendió dado que era ateo y se olvidó de que los "creyentes" no actúan como si creyeran sino estando seguros de lo que "creen".

    Otro cosa, es que actualmente se sigue a Jacques Lacan respecto a que en el Tótem y tabú Freud exponía un mito moderno con el propósito de expresar las verdades psicoanalíticas sobre la religión, la sociedad y la cultura. El mito del parricidio primordial dice que en la época en que eramos homínidos, aún no humanos, estábamos organizados bajo la dominación de un patriarca que expulsaba de la horda a todos los machos para quedarse con todas las hembras. Dice Freud (2012 [1913]):

La comida totémica, quizá la primera fiesta de la Humanidad, sería la reproducción conmemorativa de este acto criminal y memorable que constituyó el punto de partida de las organizaciones sociales, de las restricciones morales y de la religión. (pág. 1838).

    Lo llaman mito tratando de defender ese texto, pero actualmente es evidentemente falso, nunca pasó eso. Y el mismo Freud lo sabía, él dijo que esas reflexiones no eran capaces de explicar a las grandes deidades maternas que precedieron a los dioses padres.

La Cultura en los Hechos

    Los primeros antropólogos estudiaron pueblos aislados y, eurocéntricos, creían que investigaban pueblos primitivos siendo de la misma época que ellos. Además, la mayoría de esos son pueblos o extremadamente aislados o pueblos que fueron expulsados de sus tierras y a quienes les arrebataron su antigua gloria. Las conductas excesivamente extrañas que manifiestan, entre ellas las sexuales, podrían ser precisamente los factores que impidieron su desarrollo. Basarse en esos pueblos para extraer conclusiones generales sobre la humanidad es un grave error metodológico.

    Desde el paleolítico observamos que existen desigualdades sociales, jerarquías, y deidades maternas, lo que significa que "la cultura" no tiene absolutamente nada que ver con el patriarcado ni con "el Nombre-del-Padre".

    Actualmente los etólogos han observado muchísimas conductas culturales en animales no humanos, especialmente en los primates. Éstos construyen herramientas, camas, e incluso hacen estrategias de guerra contra otros primates. Aún los etólogos más rigurosos en sus definiciones de cultura reconocen muchas conductas como culturales. Se trata de conductas que se transmiten socialmente, que aparecen únicamente en una pequeña región y se pueden expandir pero no son generales en su especie.

    Hace mucho que los etólogos ya dejaron de hablar de "instintos" y de "condicionamiento", la conducta animal es demasiado compleja y esas antiguas perspectivas no tienen la posibilidad de explicarlas.

    Además, es un hecho observado también que hay varios animales, aves y primates, que tienen lenguajes. Son lenguajes musicales, el contenido semántico no está en la unión de fonemas, sino en la unión de diferentes notas, graves o agudas, y con esos lenguajes se refieren a cosas como "comida", y a llamados de alerta por una serpiente o cualquier otro depredador, y cada llamado diferente provoca en los primates que lo escuchan una conducta específica para evadir a ese depredador. Algunos incluso expresan en sus cantos el estatus al que pertenece el hablante, a quién le habla, y si tiene pareja o no.

    De modo que es claro que el lenguaje y la cultura no son exclusivos del ser humano. Estos son hechos, y los hechos no se refutan. Las teorías psicoanalíticas sobre la cultura y el lenguaje están obsoletas. El lenguaje y la cultura no tienen absolutamente nada que ver tampoco con la prohibición del incesto. Los demás animales también tienen mecanismos para evitar la endogamia, incluso los que no tienen conductas culturales.

El Monismo Complejo
    
    El magnífico Clifford Geertz, en La interpretación de las culturas dijo que la cultura se concibe mejor como una receta, un conjunto de instrucciones, una guía o un programa, similar a un programa de computadora; y no como un simple conjunto de conductas ligadas a una tradición.

    Dice que la cultura es un programa que sirve para interpretar la realidad y comportarnos respecto a ella de ciertos modos. Y que ésto es así para suplir en nosotros, los humanos, la pronunciada carencia de mecanismos genéticamente determinantes de nuestra conducta.

    Antiguamente cuando fuimos primates trepados en los árboles en algún momento nos fue necesario comenzar a cazar en vez de comer frutos, y para poder competir con animales especializados en la cacería como los perros, lobos y osos, tuvimos que desarrollar otros medios de adaptarnos de manera constante al ambiente porque los genes no tenían el suficiente tiempo de adaptarse.

    De este modo, la cultura es un mecanismo extrínseco de control, similar a los genes, pero externo a la genética. Los genes influyen en nuestra vida, no la determinan, es necesaria la constante adaptación al ambiente, y para eso está la cultura. Por otro lado, el ambiente también influye en los genes, y siendo la cultura lo que promueve cambios en el ambiente como en la alimentación, los hábitos y trabajos, indirectamente también la cultura influye en los genes.

    Debemos abandonar la antigua perspectiva dualista. Ésta no es científica, viene de las más antiguas cosmogonías judeo-cristianas, su persistencia se debe a motivaciones religiosas y espirituales, que perduran incluso en las ciencias sociales y las filosofías. Los ateos siempre se deshacen de los dioses, pero conservan los mitos, como la individualidad, la justicia, el amor, y la dualidad cuerpo-alma que ha perdurado incluso en los más radicales ateos psicoanalistas bajo la dualidad de biología-cultura y biología-lenguaje.

    La realidad es demasiado complicada como para reducirla a perspectivas dualistas de objetos y perspectivas lineales de evolución. Los genes influyen en la psicología, en las conductas, la sociedad y la cultura; el ambiente también influye en todos los anteriores; la cultura igual; la neurología igual; la psicología igual; y la sociedad igual. Por eso es necesario aceptar un monismo complejo.


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