El Origen de las Religiones

    Lo siguiente ya lo mencioné con mucho más detalle en Del Arte como el Origen de la Cultura, aquí sólo lo menciono breve y resumidamente.

    Somos organismos biológicos, pero esto comienza en nuestros genes. Los genes son los que se adaptan para sobrevivir y se replican. Nosotros sólo somos sus maquinas de supervivencia. No estamos diseñados para buscar nuestra propia supervivencia sino la de nuestros genes.

    Los genes nos diseñaron para sentir placer hacia las cosas que promueven su supervivencia, y displacer o dolor por las cosas que reducen las posibilidades de su supervivencia y reproducción. Así, aparece un principio de la psicología, el principio del placer, buscamos lo placentero y evitamos lo displacentero.

    Estamos diseñados para buscar el placer indiscriminadamente, sin importar cómo se presente, esto ocurre en un periodo anterior al desarrollo evolutivo de la identidad individual o la consciencia de sí mismo. De aquí se genera una ley psicológica que yo llamo "ley de la belleza", que consiste en buscar el placer indiscriminadamente. La belleza es el mayor ejemplo de esto, consiste en un placer que no beneficia al sujeto individual, ni es un placer que actúe directo en su cuerpo.

    Luego, por el placer se entiende lo que aumenta las posibilidades de supervivencia, y por displacer lo que las disminuye. De aquí se genera la que llamo "ley de la practicidad", que consiste en que si hay un problema, se debe realizar una solución.

    Y de este modo, al desarrollarse la identidad individual, tendemos por nuestra constitución biológica a buscar lo placentero y evitar lo displacentero, buscamos las cosas que tranquilicen nuestro espíritu. No estamos hechos para que nuestros modelos del mundo o cosmovisiones correspondan con la realidad objetiva e independiente de nosotros, estamos diseñados para buscar tener los estados afectivos más tranquilizantes. Y de este modo, la religión es una especie de ciencia antigua.

    Desde la más remota antigüedad los sacerdotes han sido la clase exclusiva del saber, y sus labores han sido para conseguir que llueva, para curar enfermedades, y prevenir o disipar los desastres naturales. Desde el principio las actividades religiosas no consisten en lograr una correspondencia con la realidad, la practicidad de la religión no consiste en que un rezo haga que haya comida en abundancia o que llueva o que se aleje la tormenta, su practicidad consiste en generar el estado afectivo de tranquilidad por la esperanza en que las cosas mejorarán.

    Estando ante un argumento científico y de lógica impecable que nos dice que somos impotentes ante todas las desgracias y sufrimientos de la vida, y ante una narración bella que nos tranquiliza, tendemos a creer en la que nos tranquiliza. Porque biológicamente estamos hechos para buscar esos estados afectivos.

    La creencia y creación de las religiones está biológicamente determinada por eso. La ciencia actual está orientada a la correspondencia con los hechos objetivos e independientes de los observadores, esa es su practicidad; mientras, la religión es un conocimiento y técnica que está orientado a la tranquilidad del espíritu, a la consolación y a la confianza en uno mismo. No hablaré de los problemas de las religiones porque esos ya lo sabemos la mayoría. Pero sólo diré aquí que no son algo que se deba despreciar, sino investigar.

Bibliografía.
  • Darwin, C. (1977). El origen del hombre y la selección en relación al sexo. D.F., México: Diana.
  • Darwin, C. (2010). El origen de las especies. D.F., México: Época.
  • Dawkins, R. (2016). The extended selfish gene. New York, United States: Oxford University Press.
  • Geertz, C. (2006). La interpretación de las culturas. (A. L. Bixio, Trad.) Barcelona, España: Gedisa.
  • Lacalle Rodríguez, R. (2011). Los símbolos de la prehistoria. España: Almuzara.

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