El Diablo en Distintas Culturas

    Lo siguiente es cosa que investigué el año pasado, unos amigos y yo habíamos decidido hacer un canal de estudios culturales en general, en YouTube, y comenzaríamos hablando sobre el Diablo. Pero diferentes circunstancias convirtieron todas nuestras reuniones en borracheras, y para cuando íbamos a comenzar por fin el proyecto, comenzó la pandemia. Así que expongo aquí mi parte.

En el Judaísmo

    En el judaísmo todos los ángeles son incapaces de desobedecer a Dios. Eso aplica también a Satán. La palabra "Satán" no es un nombre, sino un epíteto; "Satán" significa "acusador". Algunos le decían "Satanás", pero esto es sólo una diferencia de regionalismos, los judíos de palestina lo llamaban "Satán" y los de mesopotamia lo llamaban "Satanás", pero ambos se refieren a lo mismo.

    El nombre propio del Diablo es "Samael" (el veneno de Dios). Los judíos dicen que basta mencionar su nombre para invocarlo, es decir, que si dices en voz alta "Samael", él ya está a un lado tuyo; por eso los judíos al hablar de él solo dicen "el que empieza con samej mem", que son las letras iniciales de su nombre.

    Samael en el judaísmo es obediente a Dios. Su función es acusar a los mortales ante Dios, decirles lo malo que hacen, y tentar a los mortales para que hagan el mal. En el judaísmo el mal es parte de la creación divina, Dios lo hizo también.

    Los cristianos interpretan el capítulo 14 de Isaías como que habla del Diablo. Pero para los judíos es evidente que ahí habla del rey de Babilonia, no de Samael. Igualmente los cristianos interpretan el capítulo 28 de Ezequiel como que habla del Diablo, pero para los judíos es evidente que habla del rey de Tiro.

En el Cristianismo

    Jesucristo ahuyentaba demonios que poseían a la gente, y dicen los evangelios que acusaron en su tiempo a Jesús de expulsar demonios en el nombre del rey de los demonios, Belcebú, al que, al estar escritos en griego los evangelios, el nombre del Diablo pasa a ser Satanás. Satanás-Belcebú son uno mismo en el cristianismo, Satanás pasa así a ser el rey de los espíritus inmundos. En esto, la diferencia con los judíos es que para ellos los ángeles son totalmente puros, existen otras criaturas llamadas shedim, que Dios los estaba haciendo igual que a los humanos pero como llegó el séptimo día los dejó inacabados, y van por el mundo causando enfermedades.

    En el cristianismo pasa entonces a haber ángeles malos, y esto cambia muchas cosas en su teología, angelología y demonología. Dado que los demonios tienen un rey, el concepto de la maldad pasó a desarrollarse y adjudicarse a ese rey de la maldad, en vez de a Dios. Y así, en el cristianismo se tiende a interpretar que Dios no creó el mal directamente, sino que eso lo hizo el Diablo.

    Lo decisivo se da en el capítulo 12 del Apocalipsis, donde se menciona la gran batalla entre el dragón con sus ángeles contra Miguel.

y luchó el dragón y sus ángeles, pero no prevaleció, ni fue hallado ya en el cielo lugar para ellos. Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua, el llamado Diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero. Fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él. (Apocalipsis 12:7-9).

    A partir de allí comienza a desarrollarse la noción de que hubo en el cielo una rebelión. Y se relacionó este versículo con los siguientes:

¡Tú eras el sello de la perfección, lleno de sabiduría y acabado en hermosura! En Edén, en el huerto de Elohim estuviste. (...) Tú, Querubín ungido, protector, (...) Perfecto eras en todos tus caminos desde el día en que fuiste creado. Hasta que se halló en ti maldad. A causa de la amplitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidades, y pecaste. Por tanto Yo te degrado del monte de Elohim, y te destruyo, oh Querubín protector, de en medio de las piedras del fuego. A causa de tu hermosura se enalteció tu corazón; a causa de tu esplendor corrompiste tu sabiduría. Yo te arrojo por tierra, y delante de los reyes te pondré por espectáculo. (Ezequiel 28:12-17).

    A partir de allí se teje la trama, de que el Diablo era no sólo un ángel sino un querubín, uno de los espíritus angelicales de mayor rango, y que, por orgullo, se rebeló junto con muchos ángeles más, y fueron todos finalmente derrotados. Esto se relaciona luego con los siguientes versículos:

Descendió al Seol tu soberbia, y ya no se oye el estruendo de tus salterios; debajo de ti hace cama la gusanera, y los gusanos son tu cobertor. ¡Cómo caíste de los Cielos, oh Lucero [Lucifer] de la mañana! Tú, que das órdenes a todas las naciones, fuiste abatido a la Tierra. Tú, que a causa del acto traidor, dijiste dentro de ti: Subiré a los Cielos, junto a las estrellas de Dios haré levantar mi trono, y me sentaré en el monte de la asamblea, subiré sobre las altas nubes, en el flanco norte, y me haré semejante a Elyon. (Isaías 14:11-14).

    En la primera traducción del hebreo y griego al latín, no decía "Lucero", sino que el traductor lo cambió por "Lucifer", nombre con el que los romanos se referían al planeta Venus. En aquél tiempo era una traducción prudente, pues ambos se referían a la misma estrella de la mañana, al planeta Venus. Pero de aquí, de estas asociaciones, resultó después que el Diablo, el dragón, la serpiente del Génesis, Satanás, Belcebú, era un Querubín, que quiso tener tanto poder como Dios, si no es que destronarlo, hizo una revolución, y perdió, fue arrojado a la tierra.

    Con el tiempo, la teología, angelología y demonología cristiana llega a estar tan llena de problemas que se vuelve confusa. Aunque antes los cristianos consideraban a las brujas como un mito en el que sólo los paganos creían, en la Edad Media, luego de la peste negra, la gente no sabía qué hacer, y tras expulsar a los judíos, se les ocurrió que tal vez todo se debía a las brujas, y con una artimaña, Heinrich Kraemer consiguió simular la aprobación del Papa en su cosmovisión, según la cual Dios le permitía al Diablo darle poderes a las brujas para hacer maldades. Y desde entonces la demonología cristiana es una cosa tan problemática y confusa que uno no puede hacer más que dejarse llevar por las historias. Se supone que el infierno es una cárcel para el Diablo, pero aún así de vez en cuando los demonios logran escaparse y divertirse con los mortales; según los menos informados es el Diablo el que castiga a los mortales allá en el infierno, y según otros el infierno es el reino del Diablo, no tanto una prisión suya.

En el Gnosticismo

    Por "gnóstico" entendemos las doctrinas que dicen que el creador del mundo material es malvado, siendo el auténtico Dios alguien que busca sacarnos a todos del mundo material.

    Los gnósticos tienen su origen en sectas judías marcadamente dualistas como los esenios y muy esotéricas, es decir, que ocultan sus conocimientos a los profanos. Sucede que los gnósticos interpretaron los mismos pasajes bíblicos de otro modo. Por ejemplo, en contraste con la doctrina de Jesucristo que habla del amor al prójimo y el perdón, mientras que el Dios del viejo pacto destruía la tierra entera por arrepentirse de crear la humanidad, destruía ciudades enteras como Sodoma y Gomorra, de las cuales sacó a los parientes de Abraham pero no sacó a los niños pequeños que seguramente había allí. Pues concluyeron los gnósticos que el Dios auténtico, bondadoso, no es de este mundo, como dijo Jesús: "Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que no fuera entregado a los judíos;" (Juan 18:36); y concluyeron que el creador de este mundo es el Diablo, porque el Diablo le ofreció a Jesús todos los reinos de la tierra mientras éste estaba en el desierto, si se los ofreció es porque le pertenecen, y además dice Isaías 12 que Lucifer daba órdenes a todos los reinos de la tierra.

    Así, los gnósticos concluyeron que el creador del mundo material es el Diablo. Debido a esto, los gnósticos, que son grupos bastante variados, tomaron dos posturas extremas. Dado que el mundo y los placeres materiales eran creaciones del Diablo, ellos se entregaban a la más rigurosa abstinencia de todo cuanto fuera placentero y material; y otros, puesto que la materia y los placeres corporales eran creaciones del Diablo, entonces los placeres materiales y corporales eran totalmente indiferentes para la salvación, de modo que se entregaban a la más desenfrenada satisfacción de sus deseos, viviendo así un desprecio por la materia y los placeres que no tenían nada de sagrados.

En el Islam

    El Corán cuenta una historia distinta respecto al Diablo. En el islam el Diablo se llama Iblís, y no es un ángel, sino un ÿinn. Los ángeles en el islam son incapaces de desobedecer las ordenes de Dios, son totalmente puros. Los ÿinn son criaturas que Dios hizo después de los ángeles y antes de los humanos, son criaturas hechas de fuego, que, igual que nosotros, tienen libre albedrío.

    Iblís era un ÿinn increíblemente devoto de Dios, y era tan sabio en asuntos de fe, que enseñaba a los mismos ángeles. Por eso Iblís estaba en el cielo cuando Dios hizo a Adán y Eva. Dios les dijo a todos los presentes que había creado al hombre, y les ordenó postrarse ante el hombre. Todos los ángeles obedecieron, pero Iblís no se postró, dijo que el hombre estaba hecho de barro mientras él de fuego, un material más noble. Entonces Dios lo condenó, Iblís le suplicó que le diera una prórroga, Dios aceptó y entonces, dado que Iblís fue condenado al infierno, se dedica a tentar a los humanos para llevarse a tantos como pueda al infierno. En el Corán, igual que en el judaísmo, el bien y el mal son creaciones de Dios, aunque lo bueno viene de Dios y lo malo viene de uno mismo. Entonces, en el islam el Diablo no es malvado, sino tentador, igual que en el judaísmo.

    Una cosa curiosa es que en el Corán Muhammad varias veces se defiende de la gente de su época, le decían que era un poeta o un adivino, y él decía que no. Tuvo algunos desencuentros con los poetas, y habló despectivamente de ellos, como influidos por los ÿinn malignos y por Iblís. Efecto de esto, que al principio era una descalificación de los poetas, con el tiempo los poetas más grandes adquirieron un aura demoníaca, la poesía más excelsa era magia. Algunos poetas hasta decían abiertamente tener relaciones con los ÿinn que los inspiraban, algunos hasta tenían parejas sexuales entre esos ÿinn. Otros incluso decían ser inspirados directamente por Iblís, como Abu Nuwas. Algo similar ocurre en el cristianismo pero no con los poetas sino con los músicos, por ejemplo, la vez que el vaticano prohibió la polifonía porque era del Diablo, era como una orgía de sonidos; y en leyendas como la de Niccolo Paganini, y en el sueño de Tartini, por el que compuso El Trino del Diablo.

    Los teólogos han notado de un tiempo para acá una curiosidad muy importante. Y es que el pecado imperdonable en el islam es postrarse ante alguien que no sea Dios. Entonces, cuando Dios les ordenó a los ángeles y a Iblís que se postraran ante Adán y Eva, les ordenó cometer el pecado imperdonable. Los ángeles no tenían opción, no podían desobedecerlo, así que fue una plan para hacer que Iblís desobedeciera. Él no quiso cometer el pecado imperdonable, prefirió la eternidad en el infierno, y adquirió así su función como tentador. Así, Iblís sería una especie de mártir, el más grande héroe trágico.

En la Cultura Cristiana Capitalista

    La religión en el pueblo a veces es algo distinta de la religión para los sacerdotes y teólogos. En el caso del cristianismo las cosas se salieron bastante de control. Los artistas han moldeado las representaciones religiosas y han creado así alteraciones totalmente nuevas, cosas que no están en la Biblia.

    En el imaginario popular el Diablo es de color rojo, tiene cuernos, patas de cabra, una cola y un trinche. Algunas de esas características vienen del semidios griego Pan, como las características cápricas. Durante la época de la ilustración, Eliphas Levi escribió el "Dogma y ritual de la alta magia", en él puso una imagen que él hizo para representar la totalidad de la naturaleza, que era una especie de hombre con pechos de mujer, cabeza y patas de chivo, haciendo con las manos la señal de "como es arriba es abajo" y con las piernas haciendo una cruz. Esta imagen fue tomada popularmente como la imagen del Diablo. En cuanto al color rojo, no tengo idea de dónde viene, tal vez de algunas representaciones que, por estar el Diablo en el infierno, donde hay fuego, la iluminación del lugar haría parecer su piel color rojo, quién sabe. Curiosamente, la imagen del infierno dividido en círculos, como hizo Dante en la Divina comedia, se perpetuó, pero el último círculo como un lugar helado, no perduró.

    En la actualidad las historias demoníacas hablan de pactos con el Diablo, se representa al Diablo como un hombre guapo, que viste de traje estilo inglés, que es rico, y tiene muchas parejas sexuales. El Diablo en la actualidad tiene toda la imagen de un burgués. Esto contrasta un tanto con la imagen medieval de que el Diablo se aparecía como un hombre vestido de negro, sigue vistiéndose de negro pero ya no con el mismo talante antiguo, misterioso, ahora es sencillamente burgués.

    Además de esto, el Diablo se ha vuelto un símbolo de la liberación sexual, por ejemplo. Hay religiones nuevas, satánicas. De estas hay dos grupos, satánicas deístas, que creen que el Diablo existe; y satánicas simbólicas, que tienen al Diablo como un símbolo pero no creen en la existencia del Diablo como un individuo.


    Hay muchísimo más sobre el tema, como en la Divina comedia, en el Fausto, y observaciones más cuidadosas y detalladas de cada una de estas cosmovisiones y otras muchas más, pero por ahora es todo. También sé cómo invocarlo y hacer tratos con él, pero eso les va a costar una pizza, unos tacos, una birria y un tequila.

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